Proclamación del Estado Catalán de 1934

Aunque no se levantó acta por escrito ni de los temas tratados ni de los acuerdos alcanzados en la reunión, en la "Nota oficiosa" que se publicó al día siguiente en el diario El Sol y en la referencia "Otros pormenores" que Indalecio Prieto añadió a la nota oficiosa se mencionaba "el problema referente a Cataluña" que "quedó resuelto en el sentido de que los reunidos aceptaban la presentación a unas Cortes Constituyentes de un estatuto redactado libremente por Cataluña para regular su vida regional y sus relaciones con el Estado español".

[2]​ En Cataluña, concurrieron a las elecciones municipales cuatro grupos además de los monárquicos: a la derecha, la Lliga Regionalista; en el centro, el nuevo Partit Catalanista Republicà (Acció Catalana Republicana), fruto de la fusión entre Acción Catalana y Acción Republicana de Cataluña; a la izquierda, la recién creada Esquerra Republicana de Catalunya.

[3]​ y una hora después y desde el mismo balcón, donde ya ondeaba también la bandera de Cataluña, el líder de Esquerra Francesc Macià se dirigió a la multitud concentrada en la plaza y proclamó, en nombre del pueblo de Cataluña, "L'Estat Català, que amb tota la cordialitat procurarem integrar a la Federació de Repúbliques Ibèriques".

El Estatuto era menos de lo que los nacionalistas catalanes habían esperado (la versión final eliminaba todas las frases que implicaban soberanía para Cataluña; se rechazaba la fórmula federal; los idiomas castellano y catalán eran declarados igualmente oficiales, etc), "pero cuando el presidente del Consejo de ministros Manuel Azaña fue a Barcelona para la ceremonia de presentación, lo recibieron con una tremenda ovación”.

El Parlamento se constituía el 6 de diciembre, con Lluís Companys como primer Presidente de la cámara legislativa, y ERC formaba un gobierno monocolor.

[11]​ Las Cortes Españolas se reunieron el 1 de octubre y la CEDA manifestó que retiraba su confianza al gobierno del Partido Republicano Radical presidido por Ricardo Samper, exigiendo la participación en el que se formara a continuación.

Inmediatamente los socialistas declaraban una huelga general revolucionaria en toda España para el día siguiente.

A pesar de que la CNT no apoyó la huelga, Barcelona quedó paralizada.

[11]​ El 6 de octubre la Alianza Obrera organizó una manifestación que se dirigió hacia la Plaza de San Jaime con pancartas reclamando la "República Catalana" pero se disolvió pacíficamente.

[14]​ Al parecer el presidente de la Generalidad Companys trató de hablar por teléfono con el presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora para advertirle de que le sería imposible contener las reacciones izquierdistas y nacionalistas contra el nuevo gobierno al que se había incorporado la CEDA, aunque no logró hablar personalmente con él.

[16]​ Según el historiador Jordi Canal, «la acción de Lluís Companys resultó, en esencia, populista, viril y martirial».

Populista, porque pretendía «provocar una amplia movilización ciudadana para presionar y amenazar al Estado»; viril, porque Companys «necesitaba reafirmar su frecuentemente cuestionado nacionalismo frente a Estat Català, Dencàs y los hermanos Badia»; y martirial, porque a lo largo de 1934 había asumido «una posición victimista y, en cierto modo, abocada fatal pero fecundamente al martirio», como lo probaría el siguiente comentario que Companys hizo en privado en junio de ese año: «Ha llegado la hora de dar la batalla y de hacer la revolución.

[18]​ El director del diario conservador La Vanguardia Agustí Calvet, Gaziel, tras escuchar el discurso de Companys por la radio, se mostró muy crítico con la decisión de Companys:[19]​

El general parlamentó entonces con Enrique Pérez Farrás, el jefe de los Mozos de Escuadra, para que se presentara en la Capitanía y se pusiera a sus órdenes.

Éste le respondió que sólo obedecía al presidente de la Generalidad.

La repuesta fue el bombardeo de artillería sobre el centro resultando muertos Jaume Compte, Manuel González Alba y Amadeu Bardina, dirigentes del Partit Català Proletari.

Los apresados fueron trasladados al buque Uruguay anclado en el puerto de Barcelona y reconvertido en prisión.

Incluso un representante de la CNT aconsejaba por la radio volver al trabajo, apostando por la organización obrera y la no colaboración con los partidos burgueses nacionalistas.

[27]​ En Asturias, en la que se denominó la Revolución de Asturias, los hechos serían mucho más sangrientos con centenares de muertes por el enfrentamiento entre la Guardia Civil y el Ejército contra la Alianza Obrera.

[33]​ En enero de 1935 el coronel Jiménez Arenas fue sustituido por Manuel Portela Valladares.

Fue la posición contraria del general Franco, que desde Madrid había dirigido las operaciones en Asturias, y de otros jefes del Estado Mayor la que hizo fracasar la iniciativa al considerarla inoportuna y prematura.

Finalmente el golpe militar no se produjo porque, según Eduardo González Calleja, «los altos mandos del Ejército, entre los que se incluía Franco, recomendaron prudencia, ya que aún no existían condiciones objetivas para apoyar un golpe de Estado de forma unánime».

La señera , bandera oficial de Cataluña .
Proclamación de la Segunda República en Barcelona en 1931.