Nicolás Avellaneda

En 1874 resultó electo presidente de la Nación por el Partido Autonomista Nacional, del que fue fundador ese año, fuerza política que se mantendría 42 años en el poder sin ninguna alternancia.

Durante el largo viaje hacia Bolivia, la familia Avellaneda debió soportar duras jornadas en las sendas de montaña.

Dolores se mantuvo durante todo el viaje desconsolada por la muerte de su marido y aquejada por una enfermedad que la había dejado completamente débil.

Y como si algo faltara, debió afrontar una nueva tragedia cuando su pequeña hija Isabel murió durante el viaje.

Impulsó la escuela secundaria, que por aquel entonces solo se podía obtener en Buenos Aires, Córdoba y Concepción del Uruguay, con el fin de extenderla a todos los pagos de la República.

Durante su gestión como Ministro, se agregaron 800 escuelas a las 1000 ya existentes antes de 1868.

Sabiendo que el día a día de la campaña iba a interferir y casi imposibilitar su labor como Ministro, presentó su renuncia al presidente Sarmiento, quien únicamente la aceptó reconociendo que era por el bien general del país.

Sarmiento veía a Avellaneda como su sucesor natural y apoyó su candidatura durante toda la campaña.

Nicolás Avellaneda se impuso sobre Bartolomé Mitre, quien sólo triunfó en Buenos Aires, Santiago del Estero y San Juan.

Avellaneda fue el tercer y último mandatario del período de las presidencias históricas argentinas.

Como presidente compartió con sus antecesores un mismo proyecto de país que resultó fundacional para el estado argentino y que se basó en tres metas: “nación, constitución y libertad”.

La nación entendida como la entidad superior que unificó a todas y cada una de las provincias en un estado común.

Fue el primer presidente civil, no pertenecía a ninguna de las fuerzas armadas.

Como le dice Sarmiento al entregarle la banda presidencial: "Es usted el primer presidente que no sabe usar una pistola".

[7]​ Se produjo un nuevo aumento del número de inmigrantes, que se instalaron en las colonias agrícolas de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba –e incluso unas pocas en Buenos Aires– en mayor proporción que hasta entonces.

También se extendió el ramal que debía ir hacia Chile, llegando hasta Villa Mercedes, en San Luis.

[15]​ También a principio de ese año se produjeron las elecciones de gobernador en Buenos Aires, en las que el mitrismo se negó a participar; en cambio se enfrentaron dos sectores del autonomismo: uno, sostenido por el presidente, llevó como candidato a Carlos Casares, un estanciero propenso a acercar posiciones con el mitrismo, que derrotó al sector más radicalizado, en que figuraban Dardo Rocha, Aristóbulo del Valle y Leandro N.

Buscando ampliar sus apoyos, el presidente acudió a Sarmiento, quien fue sucesivamente ministro del Interior y de Relaciones Exteriores, pero finalmente se decidió a apoyarse exclusivamente en su partido y en la Liga de Gobernadores; esta pasó a llamarse oficialmente Partido Autonomista Nacional.

[26]​Además, los malones dejaron un saldo significativo de secuestros, con numerosos colonos, especialmente mujeres y niños, llevados cautivos por los grupos indígenas.

Los ataques resultaron en la muerte de muchos ciudadanos, defensores e indígenas Tehuelches que vivían en paz en la patagonia[27]​, aunque las cifras exactas varían según las fuentes.

Estos eventos contribuyeron a la percepción de inseguridad y justificaron las medidas militares adoptadas posteriormente.

[34]​ Avellaneda respondió prohibiendo por decreto la creación de cuerpos armados voluntarios provinciales.

[35]​ Tras una agresiva manifestación porteña que estuvo a punto de atacar la Casa Rosada, el 17 de febrero Tejedor se reunió con Avellaneda, que se comprometió a no ocupar la capital con el Ejército.

[40]​ Ese mismo día se reunió el Colegio Electoral, que eligió presidente al general Roca.

[41]​ Cuatro días más tarde comenzaron los combates; tras dos batallas sobre el Riachuelo, las fuerzas porteñas lograron detener por tercera vez a las nacionales en los Corrales, pero terminaron por retirarse ante la amenaza de un nuevo ataque.

[42]​ Se habían producido unos 3000 muertos, y la situación de Buenos Aires era desesperada: apenas contaba con 4000 hombres y las fuerzas nacionales seguían avanzando,[43]​ de modo que Tejedor encargó a Mitre negociar con el presidente.

En 1883 fue designado senador nacional por la Provincia de Tucumán, donde había nacido, cargo que ejerció hasta su muerte.

Desde los días de su presidencia se lo notaba avejentado, frágil y endeble físicamente.

Pero en sus últimos años su salud empezó a empeorar, fue diagnosticado con la enfermedad de Bright, mal que lo acarrearía hasta su muerte.

El presidente Julio Argentino Roca decretó ocho días de duelo nacional, y sus restos fueron despedidos con todos los honores.

Nicolás Avellaneda.
Libro publicado en 1883
Tumba de Nicolás Avellaneda en el Cementerio de la Recoleta .