Zanja de Alsina

Estos habían venido siendo arrebatados a los pueblos ranqueles y pampas y a otras etnias originales autóctonas —con quienes por periodos intermitentes se habían logrado relaciones relativamente pacíficas— por invasores mapuches o araucanos que, provenientes de Neuquén y de Río Negro, produjeron su araucanización a través, primero, del saqueo de poblaciones indígenas establecidas en relaciones más o menos pacíficas con los blancos, y, luego, de las poblaciones blancas o "winkas".[2]​ El proyecto de Alsina, cuya función militar era la de retener territorio y conservar el dominio del estado nacional en ellas, no pretendía sumar nuevas tierras al dominio nacional argentino.Los fuertes más importantes fueron erigidos en Trenque Lauquen, Guaminí, Carhué y Puán.La nueva línea de la frontera estaba a cargo de seis comandancias con sus fuertes respectivos que se ubicaron en lugares estratégicos: Bahía Blanca: 89 km; Puan: 80; Carhué: 52; Guaminí: 98; Trenque Lauquen: 152; Italó: 13.La conscripción de personal para cubrir la frontera se realizó de manera forzosa (levas) entre la población rural; las durísimas condiciones a las que estaban sometidos se narran en el Martín Fierro, de José Hernández, cuyo protagonista es reclutado forzosamente para prestar servicio en la frontera.
Avance de la frontera hasta la época de la construcción de la Zanja de Alsina.