[2] Al transmitirse el poder, el diario realizó la crónica del hecho sin mencionar ninguna vez a Perón.
La multa fue multimillonaria porque incluyó los impuestos no abonados por un período de diez años.
El sindicato dispuso una huelga durante la cual no vendían el diario, exigiendo que los canillitas recibieran una participación sobre los ingresos por avisos clasificados.
Las relaciones entre la dictadura y La Prensa fueron estrechas y en 1957 el dictador Pedro Eugenio Aramburu designó a Alberto Gainza Paz, dueño del diario, para gestionar en Estados Unidos apoyo financiero para el gobierno militar.
[14] Bajo la dirección de Paz La Prensa fue el medio que más mostró su tendencia pro golpista, fue el único diario que el día del golpe lo puso en su tapa: “El país se encuentra bajo el control operacional de las Fuerzas Armadas”.
Los años que le siguieron al golpe, mostraban la postura adoptada, complicidad y silencio.