[2] Fue el último de los presidentes del llamado Período Conservador, que se había iniciado en 1880.
Su abuelo paterno fue el coronel Manuel Ubaldo de Lea y Plaza.
Sin embargo, estuvo poco tiempo en esa institución, ya que ingresó a un convento franciscano.
[7][9] Aquí completó el secundario, teniendo entre sus compañeros a Julio Argentino Roca.
Bartolomé Mitre, por su parte, lo ascendió al grado de capitán y le entregó una mención por su heroísmo.
Tuvo como padrino a Dalmacio Vélez Sarsfield, para quien había trabajado como escribiente mientras este redactaba el Código Civil.
[15] En los primeros meses de 1909 comienza a elaborarse la candidatura presidencial de Roque Sáenz Peña y su amigo personal Paul Groussac publicó un artículo titulado Sáenz Peña alabando sus condiciones y apoyando tal candidatura.
Quienes se mencionaban para ello en la prensa eran Manuel de Iriondo, Benito Villanueva, Pedro Olachea Alcorta y el ministro del Interior Marco Avellaneda, quien decía contar con el apoyo del presidente Figueroa Alcorta.
El viaje inaugural, al que asistieron De la Plaza (en representación del gobierno nacional), Anchorena y otros funcionarios, tuvo lugar entre las estaciones Plaza de Mayo y Once.
[26] Implementó la Ley Sáenz Peña de voto universal, secreto y obligatorio.
[26] Durante los festejos, el presidente recibió un ataque con arma de fuego por un militante anarquista, del cual resultó ileso.
En la respuesta, Gran Bretaña anunciaba que se reservaba el derecho de volver a capturar cualquier buque argentino en similares circunstancias.
El diputado Estanislao Zeballos consideró humillante la respuesta británica y solicitó la renuncia de Murature.
[32] La situación económica del país fue duramente afectada por la guerra: sólo en 1915, las rentas nacionales cayeron en un 40%.
Más notablemente aún, las importaciones de bienes industriales sufrieron una abrupta caída, lo cual –sumado a la inconvertibilidad– generó un rápido aumento del valor de los bienes industriales, lo que a su vez generó una oportunidad única para la industria nacional.
[34] No obstante las limitaciones de capital, el impulso estatal sobre los ferrocarriles logró llevarlos a 33 595 km.
En suma, la economía en su conjunto tuvo una baja del 10% en 1914, y creció muy lentamente durante el resto de la Guerra.
[30] En 1914, las elecciones de diputados parecieron dar la razón a los conservadores más optimistas: a pesar de los triunfos radicales del año 1912, en esta segunda prueba los conservadores se llevaron 33 diputados, los radicales 22, los socialistas 7 y la Liga del Sur 2.
[42] Semanas más tarde, éste era consagrado presidente por una diferencia de apenas un voto en el colegio electoral.
[49] Al no tener herederos (hijos reconocidos o por reconocer) donó sus bienes por testamento a: sus sobrinos, hijos de su único hermano el doctor Rafael de la Plaza; a la biblioteca de Salta que se denomina actualmente con su nombre; y a hospitales y otras entidades públicas.