Era también nieto del mítico estanciero Francisco Candioti, primer gobernador federal de su provincia.
Fue elegido diputado provincial, y en poco tiempo se convirtió en el líder del grupo federal.
Este hizo una buena gestión, apoyando la inmigración, la defensa contra los indios y la educación pública.
Y, para empeorar las cosas, hubo una epidemia de cólera, traída desde el frente por los soldados.
Queriendo pacificar los ánimos, Oroño delegó el gobierno en Cullen, y este nombró ministro a Iriondo.
En enero, el ministro Benito Graña ocupó el gobierno, ya que Oroño había abandonado la capital.
Basta fijarse en la forma que tiene el extremo sudoeste de su provincia para ver cuánto ganó en esas negociaciones.
Hizo elegir gobernador a su aliado Manuel Zavalla, y poco después fue elegido nuevamente senador nacional, aunque casi no tuvo tiempo de ejercer ese cargo: falleció en Buenos Aires en noviembre de 1883.