Pueblo italiano

A pesar de una historia tan atormentada, supieron sin embargo desarrollar, a partir del año 1000, una civilización urbana refinada y próspera, basada en el comercio, que alcanzó su apogeo en el siglo XIII[25]​ (momento en el que destacan las Repúblicas marítimas italianas, como las de Amalfi, Génova, Pisa y Venecia) confluyendo, en el siglo XIV, en otra civilización autóctona en formación conocida como Renacimiento (o sea renacimiento de la Antigüedad clásica).

Los altos niveles económico y cultural del pueblo italiano, que se prolongaron hasta las primeras décadas del siglo XVII, fue pero acompañado por una debilidad política y militar crónicas, originadas por la fragmentación de su tierra de origen en varios Estados (a veces estructurados también como ciudades-Estado), sobre los cuales ejercieron directa o indirectamente su dominio político, durante períodos más o menos largos y según modalidades distintas, muchas de las potencias que se sucedieron en el escenario europeo, como el Imperio bizantino, el Sacro Imperio Romano Germánico, el Imperio español, el Primer Imperio francés y el de Austria.

Los primeros asentamientos de la revolución neolítica fueron, sin duda, llevados a cabo por la cuenca mediterránea desde Anatolia.

[33]​ Medio siglo después, en el año 7 a. C., esos nuevos romanos pasaron a constituir, gracias al emperador Augusto, una mayor unidad política (igualmente llamada Italia) articulada en once regiones que en parte han sobrevivido hasta nuestros días con las mismas denominaciones latinas que tenían en aquella época (como Umbria, Campania, Liguria, Apulia o Emilia).

[35]​ Posteriormente, durante el Bajo Imperio, en el año 292 d. C., con la nueva división administrativa del territporio imperial que Diocleciano llevó a cabo, la actual Italia insular (Sicilia y Cerdeña) y la isla de Córcega, entraron a formar parte de la diócesis Italiae.

[36]​ Desde la primera década del siglo V, el Imperio Romano de Occidente fue invadido por pueblos prevalentemente germánicos, que determinaron su caída (476) y causaron muerte y destrucciones en la mayor parte de la antigua Europa romana durante largo tiempo.

Italia quedó unida, y todos los italianos se convirtieron otra vez en ciudadanos romanos (del Imperio romano-oriental), pero por poco tiempo.

[38]​ Esos vínculos fueron al origen de importantes intercambios económicos y, sobre todo, culturales, que favorecieron una influencia recíproca[39]​ entre las dos Esperias.

Esto sigue siendo parcialmente evidente en la cultura italiana de hoy, pese a que la lengua italiana, en muchos casos, reemplazó en la comunicación informal —y no solo en la administración, la literatura y los estudios superiores, como pasaba en los antiguos Estados italianos preunitarios, sino también en el hablado diario— gracias a la mayor alfabetización popular en el último siglo y medio, a los numerosos dialectos y lenguas regionales.

La población italoestadounidense es famosa por sus festivales religiosos y procesiones en las calles de grandes ciudades como Nueva York.

Posteriormente, Italia ha producido innumerables músicos (Giuseppe Verdi, Antonio Vivaldi, Vincenzo Bellini, Gioacchino Rossini, Giacomo Puccini, Domenico Cimarosa, Giovanni Battista Pergolesi, Alessandro Scarlatti, Antonio Stradivari, Niccolò Paganini, Ennio Morricone, Ludovico Einaudi, etc.), pintores y escultores (Giotto, Miguel Ángel, Rafael Sanzio, Donatello, Caravaggio, Tiziano, Perugino, Antonello da Messina, Cellini, Borromini, Antonio Canova, Sandro Botticelli, Tintoretto, Giuseppe Sanmartino, Modigliani, etc.), arquitectos (Andrea Palladio, Filippo Brunelleschi, Domenico Fontana, Filippo Juvara, Donato Bramante, Gian Lorenzo Bernini, Leon Battista Alberti, Renzo Piano, Massimiliano Fuksas, etc.), científicos e inventores (Galileo Galilei, Giordano Bruno, Evangelista Torricelli, Leonardo Fibonacci, Alessandro Volta, Giuseppe Lagrangia, Eugenio Barsanti, Guglielmo Marconi, Enrico Fermi, Ettore Majorana, Antonio Meucci, Giulio Natta, Federico Faggin, etc.), escritores y poetas (Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Giovanni Boccaccio, Giacomo da Lentini, Ludovico Ariosto, Salvatore Quasimodo, Alessandro Manzoni, Giacomo Leopardi, Giovanni Verga, Ugo Foscolo, Eugenio Montale, Giambattista Basile, Giosuè Carducci, Grazia Deledda, Carlo Collodi, Edmondo De Amicis, Italo Calvino, Luigi Pirandello, Giosuè Carducci, Umberto Eco, Dario Fo, etc.), y filósofos (Tommaso Campanella, Tomás de Aquino, Bernardino Telesio, Torquato Tasso, Nicolás Maquiavelo, Maria Montessori, Gabriele D'Annunzio, Benedetto Croce, Pier Paolo Pasolini, etc.), entre muchas otras personalidades y en innumerables otras categorías disciplinares.

El Renacimiento se originó en Italia y fue allí donde tuvo su apogeo, siendo Leonardo Da Vinci su figura más extraordinaria.

Durante este periodo aparecieron también los primeros pensamientos científicos sobre economía, así como el sistema contable, a cargo de Luca Pacioli.

Es así como, en 2008, se contabilizaron 4 106 640 personas con nacionalidad italiana residentes fuera de Italia, repartidos principalmente entre Europa y América.

Pintura etrusca que representa a un nativo de Etruria (la antigua Toscana ).
Los idiomas de la península italiana , de las islas y de África septentrional en el siglo IV a. C. Las lenguas no indoeuropeas en púrpura. Poblaciones como los etruscos , los ligures , los raeti , los rútulos , los balaros , los ilienses , los sicanos y los élimos , no hablaban una lengua indoeuropea.
Fresco etrusco del siglo V a. C., en la Tomba dei Leopardi de la necrópolis de Monterozzi , en Tarquinia .
Idiomas en el Imperio romano de Oriente. Siglo VI .
Carreta con inmigrantes italianos en Buenos Aires . Fotografía de Frank George Carpenter.
Comunidad italiana en Paraguay , frente al Panteón de los Héroes en Asunción .