Montale tuvo problemas de salud durante la infancia que lo obligaron a interrumpir sus estudios.
Quería ser cantante y, al retomar los estudios formales, tomó paralelamente clases de canto.
Su afición por la música se reflejaría en muchos de sus poemas y lo llevaría, en su madurez, a ejercer la crítica musical.
En 1917, fue incorporado al ejército y participó en la Primera Guerra Mundial, experiencia que también tendría resonancia en su poesía.
Después de diez años al frente del Gabinete Vieusseux, el gobierno fascista lo dejó cesante.
Durante la Segunda Guerra Mundial, hospedó en su casa a escritores perseguidos, como Umberto Saba y Carlo Levi.
Le otorgaron el doctorado honoris causa en la Universidad de Milán, y recibió también el importante premio Feltrinelli.