Italia pasó a convertirse en punto de llegada de inmigrantes de países en desarrollo; pero, sobre todo, se establecieron importantes corrientes migratorias internas, con un movimiento masivo de población del sur hacia Roma y el norte industrializado (Turín, Milán, Génova, Florencia, Bolonia).
; Turín, 875 698; Palermo, 663 401; Génova, 578 000; Bolonia, 390 636, y Florencia, 378 839), con dos destacados núcleos a nivel nacional; Roma (2.856.133 hab.
Otros grupos minoritarios con lenguajes parcialmente oficiales incluyen la minoría de habla francoprovenzal en la región del Valle de Aosta, los sardos, y el catalán en Alguer (Cerdeña).
El siguiente cuadro resume la evolución histórica del período 1800-1980:[4] En 2007, Italia tenía 58.883.000 habitantes.
La composición étnica era la siguiente:[5] Las minorías lingüísticas son: Fonte: Ministero degli Interni del Governo Italiano.