Gran peste de Londres

[9]​[10]​ Como en otras ciudades europeas de la época, la peste era endémica en el Londres del siglo XVII[11]​ y estallaba periódicamente en epidemias masivas.

El hedor era abrumador y la gente caminaba con pañuelos o ramilletes de flores presionados contra sus fosas nasales.

Los más acomodados usaban carruajes alquilados y literas para llegar a su destino sin ensuciarse.

[21]​ Fuera de los muros, habían surgido suburbios donde vivían los artesanos y comerciantes que acudían en tropel a la ciudad ya sobrepoblada.

Estas propiedades pronto fueron destrozadas y se volvieron barrios marginales infestados de ratas.

Muchas habían estado asociadas con instituciones religiosas y, cuando estas fueron abolidas en la disolución de los monasterios, sus derechos históricos se transfirieron junto con su propiedad a nuevos propietarios.

Otros contemporáneos elevaron la cifra —el embajador francés, por ejemplo, sugirió 600 000—, pero sin una base matemática para respaldar sus valoraciones.

En cambio, cada parroquia, desde 1578,[31]​ designaba dos o más «buscadores de muertos» (searchers of the dead), cuyo deber era inspeccionar el cadáver y determinar la causa del deceso.

Nadie quería que lo señalasen por haber tenido una muerte por peste en su hogar y los secretarios parroquiales también se confabulaban por encubrir los casos en sus declaraciones oficiales.

[39]​ Esto frecuentemente condujo al fallecimiento de los otros ocupantes, sea por negligencia o por la propia peste, y proporcionó un amplio incentivo para no informar la enfermedad.

El registro oficial computó 68 596 casos, pero una estimación razonable sugiere que esta cifra es de 30 000, por debajo del total real.

Lo que caracterizaba a Inglaterra fue una combinación de poder político centralizado y financiamiento local administrado por las parroquias (Poor Laws).

Se asignaron dos buques de la Marina para interceptar cualquier barco que ingresara al estuario del Támesis, una medida ya aplicada en 1580.

[12]​ Los carteles de la mortandad comenzaron a publicarse regularmente en 1603, año en el que se registraron 33 347 muertes por la enfermedad.

Poco después, la magistratura real (King's Bench) emitió un decreto similar a la City y sus liberties.

Una revuelta estalló en St Giles cuando se cerró la primera casa; la multitud derribó la puerta y liberó a los ocupantes.

[60]​ Otra fuente de información es A journal of the Plague Year, escrito por Daniel Defoe y publicado en 1722.

Defoe escribió: «No se veían nada más que carros y carretas, con bienes, mujeres, sirvientes, niños, coches llenos de personas de la mejor clase y jinetes que los atendían, todos se apresuraban» (Nothing was to be seen but wagons and carts, with goods, women, servants, children, coaches filled with people of the better sort, and horsemen attending them, and all hurrying away).

Muchos murieron de hambre y sed en circunstancias miserables por el caluroso verano que se avecinó.

[67]​ Con el paso del tiempo, había tantas víctimas y muy pocos conductores para retirar los cadáveres que comenzaron a apilarse contra las paredes de las casas.

[74]​[l]​ Además, existían innumerables remedios para la peste, de composición variable, a veces secreta.

Pobres enfermos en las calles, llenos de llagas ... en Westminster nunca hay médicos y solo queda un boticario, todos han muerto» (Lord!

How empty the streets are and how melancholy, so many poor sick people in the streets full of sores… in Westminster, there is never a physician and but one apothecary left, all being dead).

Los cuáqueros rehusaron cooperar y muchos de los pobres fallecidos fueron arrojados a fosas comunes sin lápida.

En los pocos distritos donde permanecen registros intactos, las muertes por peste variaban entre 30 % y más del 50 % de la población total.

[85]​ Si bien existen muchas hipótesis, no hay una explicación unánime y sencilla para el fin de la peste en Inglaterra.

[87]​[84]​ La peste tuvo menos influencia en la demografía de las grandes ciudades, debido a la creciente importancia del comercio internacional.

[97]​ La reconstrucción tomó más de diez años y fue supervisada por Robert Hooke como topógrafo municipal.

[64]​ La medicalización masculina de estas áreas había comenzado en Inglaterra a fines del siglo XVII.

Especialmente después de la Revolución inglesa, la monarquía restaurada en 1660 ya no tenía los medios para imponer una censura efectiva.

Recogida de los muertos para su entierro durante la gran peste de Londres.
Mapa de Londres por Wenceslaus Hollar (c. 1665).
Escenas de epidemia la peste de 1665 en Londres.
Rata negra ( Rattus rattus ). Más pequeña que la rata parda ( R. norvegicus ), a la que suplantó, también le interesa mucho vivir cerca de asentamientos humanos. Las casas de madera y los barrios marginales sobrepoblados proporcionaban excelentes hogares. No se entendía el vínculo entre la rata como vector de infección y hospedero de las pulgas , que podrían transferirse al ser humano. [ 46 ] ​ Se hicieron esfuerzos para eliminar gatos y perros, pero no ratas, lo que rápidamente las benefició.
Una familia londinense embarcándose en el Támesis para huir de la peste.
Un cartel de la mortandad de 1665.
Curvas de muertes (enero de 1665-marzo de 1666) en Londres. Los fallecidos por cualquier causa se representan por la línea continua y las muertes por peste por la línea discontinua.
Jarra de plata grabada con escenas que representan la Gran Peste y el gran incendio de Londres . Vajillas como estas fueron donadas por Carlos II a quienes, como Samuel Pepys , se quedaron sirviendo en Londres durante estos eventos. [ 98 ]