Barbero

[1]​ En efecto, en Grecia como en Roma, los hombres satisfacían allí los minuciosos pormenores del tocador hacia los cuales no poseían todo lo necesario.

Uno de estos artistas le preguntaba cómo quería que so le afeitase a un filósofo de carácter áspero, respondió estas breves palabras: quieren que se me afeite sin hablar.

A pesar de las diferencias que existían entre los barberos y los cirujanos, éstos no ponían obstáculos, cuando un barbero destacaba sus conocimientos en cirugía, a recibirlos en su colegio y en dispensarles de la lengua latina en sus exámenes.

[2]​ Antiguamente, los barberos no se limitaban al tratamiento del cabello llegando a desempeñar otras funciones más propias de dentistas o médicos.

En aquella época, eliminar sangre del cuerpo se consideraba una solución para devolver la salud al paciente que recobraba el equilibrio.

Para practicar la sangría los barberos sumergían el brazo del paciente en agua caliente y le hacían un torniquete.

También se conoce hoy en día lugares llamados Salones de Peluquería pero estos no se especializan en el trabajo del barbero, estos desarrollan otras funciones, como ser: tintes, permanentes, pedicure, peinados, etc. lo cual ya corresponde a un ambiente diferente de la barbería.

Incluso en otros locales se ha ido mejorando el servicio atendiendo a los clientes con bebidas con o sin alcohol.

Por su parte, los locales exclusivos para damas se hacen llamar salón de belleza (los cuales pueden incluir manicura, pedicura, spa, estética y maquillaje) y peluquería unisex como lo indica su nombre tanto para damas como para caballeros.

El barbero del zoco (1897) de Enrique Simonet
El barbero (1880) de Nikolaos Gyzis
Barbero en el siglo XVI .
Barbero trabajando
Insignia de barbero