Los jabones suaves son más baratos y se convierten fácilmente en espuma, por lo que duran menos tiempo.
Los jabones para afeitar duros han existido al menos desde principios del siglo XIX.
[1] Las barritas de jabón para afeitar (en forma cilíndrica, diseñadas para el viaje) han existido al menos desde mediados del siglo XIX.
En este caso, se desliza la barrita sobre el rostro húmedo (de manera que la barba va recogiendo partículas del jabón) y luego se masajea la barba con una brocha húmeda generando la espuma directamente en la cara.
Sin embargo, para los jóvenes que empiezan con su afeitado, generar suficiente espuma con brocha les puede tomar hasta dos minutos o más.