Además, los almacenes de mercancías, que contenían ropa, alfombras y grano, en ocasiones durante meses, estaban infestados con ratas.
El cuidado ofrecido en estos hospitales era simple, pero generalmente una importante mejora respecto a las otras medidas sanitarias y médicas que existían en la ciudad.
Sin embargo, los hoyos con los cadáveres quedaban expuestos al aire durante varios días hasta que estaban llenos, permitiendo que la infección se propagara a la población de roedores de la ciudad.
La peste había estado afectando Europa occidental durante muchos años, expandiéndose hacia el este gracias a las rutas comerciales.
Entre los años 1675 y 1684 se originó una nueva peste en el Imperio otomano que se extendió progresivamente hacia el norte a través del Norte de África, Bohemia, Polonia, Hungría, Austria y Sajonia.
Dresde fue afectada en 1680, Magdeburgo y Halle en 1682; en esta última murieron 4.397 personas sobre una población de unos 10 000 habitantes.