Invasión del Rin

[9]​ Tras acabar con las defensas fronterizas, la coalición se dividió en varios grupos y extendió la destrucción por un buen número de ciudades.[9]​ Posteriormente, se enfrentó a los invasores en algún lugar de la provincia Germania Primera y consiguió infligirles una sonada derrota tras lo que continuó hacia el sur por el valle del Ródano donde recuperó sus ciudades incluida Arelate (Arlés), situada en la costa mediterránea y en la que estableció su cuartel general.[12]​ Este dejó a un lado la lucha contra la coalición bárbara y se centró en defender su posición frente al ataque del gobierno de Rávena.[15]​ La situación cambió cuando, en el 409, Geroncio se rebeló contra Constantino y nombró a Máximo como emperador en Hispania.[22]​ La corta edad de estos y su personalidad pusilánime, dio lugar a que el gobierno real lo ejerciesen otras personas militares o civiles.[25]​ Tradicionalmente, había estado incluida dentro de la mitad occidental hasta que Graciano la cedió a Teodosio para ayudarle en la guerra contra los godos.[34]​ El despliegue militar romano reproducía el habitual en otras diócesis desde los tiempos de Constantino I: en las áreas costeras y en la frontera del Rin, se desplegaban las unidades fijas limitanei quienes estaban dirigidas por varios duces y un comes mientras que, el cuerpo principal del ejército lo formaban las unidades móviles de los comitatenses al mando del magister equitum per Gallias y preparadas para acudir donde se produjese una invasión.[37]​ La primera línea defensiva en el Rin la formaban los tres pueblos germánicos asentados en su margen derecho: francos, burgundios y alamanes.[40]​ Tras la fracasada usurpación de Magnencio (350-353), asaltaron la frontera junto a los alamanes, tomaron las principales ciudades ribereñas del Rin y devastaron los territorios fronterizos.[46]​ Esto llevó a enfrentamientos entre ambos pueblos durante la primera mitad del siglo IV circunstancia que fue aprovechada por los romanos para apoyarse en los burgundios en sus luchas contra los alamanes.En Mogontiacum (Maguncia) tenía su cuartel principal el dux Mogontiacensis quien comandaba once unidades estacionadas en Saletione (Seltz); Tabernis (Rheinzabern); Vico Julio (Germersheim); Nementis (Espira); Alta Ripa (Altrip); Borbetomagus (Worms); Mogontiacum (Maguncia); Bingio (Bingen); Bodobrica (Boppard); Confluentes (Coblenza) y Antonaco (Andernach).Los comitatenses de la Galia estaban comandados por el magister equitum per Gallias y eran, con diferencia, la mayor fuerza militar estacionada en la diócesis.[61]​ Los alanos vivían en la estepa al este del río Don y habían sido los primeros en sufrir los ataques hunos durante el siglo IV.[65]​ Los primeros eran los más numerosos y todavía estaban asentados cerca del Don mientras que los segundos tenían experiencia de servicio en el ejército romano.[69]​ Los motivos por lo que esos pueblos danubianos decidieron abandonar sus hogares y desplazarse hasta el Rin no están completamente claros.Tanto vándalos como suevos eran pueblos sedentarios que llevaban siglos instalados en sus territorios y únicamente, los alanos, podían presentar un historial reciente de desplazamientos.[71]​ En este caso, los hunos se habrían limitado a ocupar los territorios que aquellos habían dejado vacíos al partir.[80]​ Durante esos meses, la coalición de los invasores pudo mantenerse con las provisiones que habían conseguido arrebatar a los francos.[9]​ En esta situación, contemplaban frente a ellos, al otro lado del río, las poblaciones romanas bien abastecidas de provisiones para el invierno.[85]​ Una vez anulada la capacidad militar romana junto al Rin, los invasores se dividieron en grupos para continuar su ataque hacia el interior de la Galia.Fue tomada y tras saquearla, parte de los invasores permanecieron en ella hasta que Constantino consiguió recuperarla meses después.[10]​ Otros grupos, por su parte, pasaron desde el Rin al valle del Ródano donde saquearon más ciudades hasta llegar a Arelate (Arlés).Igualmente, consiguió renovar los acuerdos con burgundios y alamanes de tal manera que toda la frontera quedó restaurada.[13]​ De esta manera, parece que, para los últimos meses del año 407 cesaron los saqueos y se pudo recuperar cierta paz.[18]​ Los pasos de la montaña habían estado defendidos por unidades regulares hispanas pero Geroncio los sustituyó por otras, reclutadas con bárbaros más allá del Rin, denominadas Honoriaci.[96]​ Estos no presentaron ninguna resistencia frente a los invasores y permitieron que la multitud los pasara con sus bagajes.[101]​ Finalmente, los alanos, al ser el grupo mayoritario durante la invasión, se quedaron con la mayor parte: las dos provincias de Cartaginense y Lusitania.[102]​ El reparto de Hispania se mantuvo los siguientes cinco años sin que los invasores fueran molestados.[106]​ Durante los años siguientes, saquearon las principales ciudades hasta que tomaron Cartago en el año 439 donde crearon su reino.[108]​ Su rey fue muerto y su territorio se redujo al noroeste de la península donde, los siguientes años, varios pretendientes lucharon por el trono.
El Imperio romano a la muerte de Teodosio . La disputa por controlar la prefectura de Ilírico (en tonos verdes) marcó las relaciones entre las mitades occidental y oriental.
El emperador Valentiniano . Continuó la obra de Juliano y reorganizó la frontera del Rin donde llegó a acuerdos con las tribus de su margen derecho para que la defendiesen como aliados del Imperio.
Mapa del despliegue militar romano en la Galia en el 406/407.
Representación contemporánea de un guerrero marcomano.
En el año 406 varios pueblos situados al norte del Danubio (alanos, vándalos asdingos, cuados, marcomanos y vándalos silingos) se desplazaron hacia el oeste hasta llegar al sur del territorio franco situado junto al Rin.
Reconstrucción de una nave fluvial romana como las que protegían la frontera del Rin.
Mapa de Mogontiacum donde se situó el eje del frente de la invasión.
Mapa con las ciudades saqueadas en la Galia y una estimación de los movimientos de los invasores. [ 86 ] ​ Solo hay registro de dos victorias para los romanos: una batalla en la provincia de Germania Primera y el sitio de Toulouse .
El saqueo de Roma en el 410. Con los godos de Alarico invadiendo Italia, no fue posible para el gobierno de Rávena intervenir en la Galia.
Tras saquear casi todas las provincias de Hispania entre los años 409 y 411, los invasores se las repartieron entre ellos. En la península, solo la Tarraconense permaneció controlada por el Imperio romano.
Representación de Genserico . Era solo un niño cuando cruzó el Rin junto a su pueblo, los vándalos asdingos. Su éxito al conquistar la diócesis de África, y mantenerla frente a los contraataques romanos, condenó al Imperio occidental a la desaparición.