La palabra griega Πικτοί (piktoi), picti en latín, aparece por primera vez en un panegírico escrito por Eumenio en 297 y que significa ‘los pintados’ o ‘los tatuados’.
Sin embargo, podría deberse a una etimología popular anterior, quizá del celta pihta o peijta, es decir, ‘luchador’.
Los escotos y los dalriada de Irlanda los llamaron cruithne (cru(i)then-túath en irlandés antiguo), quizá del protocelta *kwriteno-toutā.
Aunque puede servir de mucho utilizar la analogía y el conocimiento de otras sociedades celtas, estos se extendieron por un área muy grande, por lo que basarse por ejemplo en los galos prerromanos o en la Irlanda del siglo XIII como fuente para estudiar la sociedad picta del siglo IV puede dar como resultado equivocaciones o malas interpretaciones.
El estadounidense Robert E. Howard (1906-1936) escribió extensamente sobre su visión acerca de los pictos, especialmente en sus relatos sobre su personaje Bran Mak Morn (un rey picto que lucha contra el Imperio romano) en su relato breve titulado The whisperer in darkness (‘el que susurra en la oscuridad’).
La estadounidense Juliet Marillier (1948-), autora neozelandesa de fantasía histórica, escribe sobre pictos y gaélicos en el siglo VI d. C. en su serie "The Bridei chronicles".
En su álbum de 1969 Ummagumma, Pink Floyd tiene un tema llamado «Several Species of Small Furry Animals Gathered Together in a Cave and Grooving with a Pict», que consiste, como su nombre indica, en diversas especies de pequeños animales peludos haciendo ruido y un picto dando un discurso al final.
Tiene la peculiaridad de ser el primer álbum en el que no participaron los dos creadores originales del personaje (Uderzo y Goscinny).