Myrica gale

En la Península Ibérica está repartida por su cuadrante noroeste, desde Galicia hasta la Extremadura portuguesa y en algunos puntos aislados del centro.

[1]​ En general, crece en la ácida turba de turberas, y para hacer frente a estas difíciles condiciones de poco nitrógeno, la raíz tiene que fijar el nitrógeno con actinobacterias que permiten a las plantas crecer.

Las hojas contienen un aceite esencial rico en terpenos pero de composición variada.

Algunas recetas que lo emplean han sido reportadas en Suecia, Inglaterra y el Norte de Francia.

Su corteza se empleada por el carácter astringente del tanino que contiene.

Follaje.
Ilustración.
Detalle de la planta
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