[5] Contaba con una de las fronteras más importantes del Imperio: la que marcaba el río Rin.
Durante sus primeras décadas de existencia, fue objeto de ataques por los pueblos germanos que habitaban al otro lado del río —francos, burgundios y alamanes— hasta que estos fueron finalmente controlados por Juliano y Valentiniano quienes los integraron dentro del sistema político imperial como aliados foederati encargados de defender la frontera.
Aunque los invasores abandonaron la Galia en el 409 y pasaron a Hispania, los romanos no fueron capaces de restaurar completamente la frontera y mantener los acuerdos con los citados pueblos allende de la misma.
En el año 461, Libio Severo se proclamó emperador lo que no fue reconocido por Egidio quien era, en ese momento, magister equitum per Gallias.
[6] Son pocos los nombres de vicarios que se conocen y todos ellos, sin excepción pertenecían a la clase ecuestre.
Al frente se encontraba el vicario quien contaba con un equipo compuesto por:[17] Además del vicario, también existían otros representantes de la Administración central: Por su situación fronteriza, la diócesis albergaba una parte importante del ejército imperial que, junto a la desplegada en la vecina diócesis de las Siete Provincias, estaba comandada por el magister equitum per Gallias.