Si se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo de cultura (englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias, los valores, las costumbres, las leyes e instituciones), que se suele aplicar con carácter más general.
A partir de esta definición, vemos una profunda relación entre civilización y sustentabilidad.
Yendo más lejos, se puede decir que el progreso no siempre es acumulativo, sino que es no lineal; el paso del tiempo en una sociedad puede afectar tanto al bienestar de sus miembros como al bienestar de la naturaleza.
La palabra española civilización,[17] así como la inglesa civilization,[18] proceden del término francés surgido a principios de la Edad Moderna (siglo XVI) civilisé ("civilizado"),[19] a su vez derivado del latín civilis ("civil"), relacionado con civis ("ciudadano") y civitas ("ciudad").
Desde ese punto de vista, el concepto ilustrado de civilización universal pasó a imponerse como un modelo a que todas las partes del mundo debían amoldarse, de grado o por la fuerza, por su propio bien; y las potencias imperialistas occidentales debían afrontar, no por ser su interés, sino por ser su sagrada misión, esa carga del hombre blanco (Rudyard Kipling).
El punto de vista religioso prevaleció hasta el siglo XVIII entre los historiadores europeos, que consideraban la revelación cristiana como el suceso histórico más importante, tomándolo como referencia para su clasificación.
Los primeros historiadores europeos no estudiaron otras culturas más que como curiosidades o como áreas potenciales de actividad misionera.
MacNeill[28] analizó nueve y Melko señaló que existe razonable acuerdo sobre al menos doce grandes civilizaciones de las cuales siete ya no existen (mesopotámica, egipcia, cretense, clásica bizantina, mesoamericana y andina).
[30] En su obra Choque de civilizaciones, Samuel Huntington, basándose en Toynbee propone un número más amplio de civilizaciones existentes en la actualidad: la occidental (entre la que distingue como subcivilizaciones la latinoamericana y la ortodoxa del Europa oriental), la musulmana, la judía, la hindú, la sínica, la japonesa, la africana subsahariana y la budista.