Batalla de Nájera

Además Aquitania ya no recibía subvenciones de Inglaterra y necesitaba fuentes económicas alternativas.

Aunque las medidas probaron ser insuficientes: don Pedro tuvo que huir de Castilla.

Enrique de Trastámara debido al tremendo gasto que le supuso mantener su ejército mercenario en el ascenso al poder había despedido casi todas sus tropas que ahora vagaban por Castilla cometiendo atropellos o se unían a las filas de su enemigo.

Cuando don Enrique tuvo noticias de la entrada del ejército pedrista en la península reclutó las tropas que pudo y mandó volver a Castilla inmediatamente a Duguesclín desde Zaragoza con sus mejores capitanes, aunque la mayoría de sus fuerzas tuvieron que quedarse protegiendo Aragón de la marcha del Príncipe Negro.

Durante el mes de marzo don Enrique con las enormes limitaciones con las que contaba tuvo un gran éxito utilizando la guerra de guerrillas y escaramuzas sobre el célebre ejército del Príncipe Negro ya que las tropas castellanas tenían gran poder ofensivo y tenían mayor movilidad gracias a su armamento más ligero lo que les hacía ideales para este tipo de acciones al contrario del lento y acorazado ejército pedrista compuesto principalmente por infantería y caballería pesada.

[1]​[2]​ El ejército del Príncipe Negro que hasta entonces había sido considerado invencible había sufrido su primera derrota y aunque las perdidas sufridas no eran cuantiosas en comparación con el gran ejército sus tropas comenzaban a desmoralizarse.

A cada momento más poblaciones se adherían a la causa de don Pedro que ganaba fuerza mientras sus alianzas se debilitaban, ya que eludir la confrontación directa era visto como un signo de debilidad por la nobleza castellana.

[1]​ Otra fuente, utilizada a menudo como fuente única o principal por historiadores y novelistas británicos sin ningún escrúpulo, son las poco fiables crónicas de Jean Froissart, conocido por su indiscutible anglofilia y en segundo término francofilia, que gozan de cierta calidad como novela de caballerías pero cuyas cifras y hechos no deben ser tomados demasiado en serio en lo referente a esta batalla.

Según Jonathan Sumption, las tropas del Príncipe Negro debieron marchar desde Navarrete hasta Nájera dando un rodeo durante la noche y con las primeras luces del alba sorprendieron silenciosamente tras una colina al ejército de don Enrique que miraba hacia Navarrete —en el este— desde el nordeste.

La vanguardia de Enrique dirigida por Duguesclín maniobró rápidamente para confrontar al enemigo, pero entre la confusión y el miedo otras líneas se rompieron y algunos jinetes castellanos desertaron al enemigo seguidos por un grupo mayor de la infantería.

El propio don Enrique trató de socorrer a la vanguardia cargando contra los mercenarios gascones desde un lateral con similares resultados ya que los caballos eran abatidos fácilmente por los arqueros ingleses y la caballería castellana consideraba una humillación luchar a pie.

Después rematarían a los que quedaron escondidos en Nájera saqueando la ciudad por completo.

Acabada la batalla, el príncipe de Gales preguntó si Don Enrique había sido muerto o preso.

[7]​ A pesar de capturar o matar a la mayoría del ejército rival sin sufrir apenas bajas, las consecuencias de esta batalla fueron catastróficas para Don Pedro, para el Príncipe Negro, para Aquitania y para Inglaterra, ya que habían errado el verdadero objetivo que era Don Enrique:

Representación de la batalla del Salado (1340) donde participaron la caballería e infantería castellanas de don Enrique de Trastámara y de su hermano don Tello
Retrato imaginario del rey Pedro I de Castilla (Ayuntamiento de León)
Retrato imaginario de Eduardo, el Príncipe Negro , siendo nombrado caballero de la Orden de la Jarretera por Eduardo III de Inglaterra
Retrato imaginario de Enrique de Trastámara (Ayuntamiento de León)
Armadura de placas completa de un caballero de grandes compañías con el escudo de armas de Beltrán Duguesclín
Batalla de Nájera
Escena perteneciente al monasterio de Uclés de órdenes militares durante la Reconquista española.
Reproducción de un arco largo inglés o galés de 2 m de largo que tan buenos resultados dio durante la guerra de los Cien Años