Pedro Fernández de Velasco

[5]​ En 1358 participó activamente en las conspiraciones «cortesanas» para apartar a la familia Padilla del poder, como señaló Orella Unzué,[8]​ ya que Pedro I de Castilla mantenía una relación amorosa con María de Padilla.

[19]​ Además, durante el reinado de Enrique II Pedro Fernández fue uno de los «puntales» más destacados de la aristocracia castellana en los que se apoyó el monarca, ya que sirvió a este como soldado y como diplomático y embajador en diferentes ocasiones.

[22]​ Pero cuando Enrique II fue informado de que el rey Fernando I de Portugal había entrado con sus tropas en La Coruña, levantó el asedio y se dirigió al reino de Galicia para atacar las ciudades defendidas por Fernán Ruiz de Castro y obligó con ello al monarca portugués a abandonar el territorio gallego.

[28]​ Poco después, debido a la escasez de recursos en Zamora y a las negociaciones que el eclesiástico Pedro Tenorio, que llegaría a ser arzobispo de Toledo, llevó a cabo con los sitiados,[29]​ Zamora capituló y permitió la entrada de las tropas de Enrique II, que la ocuparon en 1371.

[29]​ Los sitiadores amenazaron al alcaide Alfonso López con matar a sus tres hijos, que se hallaban en su poder, si no rendía la fortaleza, pero él se negó a entregarla y sus hijos fueron asesinados en presencia suya,[27]​ lo que enfureció y enardeció aún más a los defensores.

[31]​ Al saber que el castillo de Zamora se había rendido, Enrique II lo comunicó a las ciudades y concejos de su reino y poco después recibió a los embajadores del reino de Portugal.

[37]​ Enrique II envió como representantes suyos a su camarero mayor, Pedro Fernández de Velasco, y al obispo de Salamanca, Alfonso Barrasa, aunque ambos protagonizaron una «sorprendente aventura», en palabras de Valdeón Baruque, al capturar al señor de Lesparre, que era un noble de Guyena que viajaba a Inglaterra, y por ello regresaron a Castilla con su prisionero y sin llegar a Brujas.

[45]​ Conviene señalar que el poderío de los Velasco, como señaló Orella Unzué, era verdaderamente notable en el área de Castilla la Vieja:[44]​

Además, el historiador César Olivera Serrano señaló que Juan I «había decidido» abolir las encomiendas establecidas en numerosos cenobios de Asturias, Galicia, León y Castilla la Vieja por causa de los abusos cometidos en ellos por los comenderos, y también que el tribunal mencionado anteriormente falló en la mayoría de los casos a favor de los monasterios.

[49]​ Pero como el problema de las encomiendas estaba tan arraigado, y como señaló Antonio López Ferreiro, las órdenes del rey surtieron poco efecto, ya que «los Grandes querían cobrarse del favor y ayuda que habían prestado á la nueva dinastía»,[48]​ y otros autores también destacan que las disposiciones del rey se limitaron a «buenas intenciones» con ausencia de efectividad real y de socorro verdadero a los monasterios.

[18]​ En esta época, como señaló Cañas Gálvez, Pedro Fernández también recibía de la Corona el salario correspondiente a su cargo de camarero mayor del rey.

[58]​ Además, Rades y Andrada señaló que Pedro Fernández Cabeza de Vaca y sus tropas permanecieron seis semanas en Loures aguardando a que los defensores de Lisboa o los partidarios del maestre de Avis, que llegaría a reinar como Juan I de Portugal, les atacasen, aunque no llegó a entablarse ninguna batalla entre ellos.

[63]​[3]​[5]​ Fruto de su matrimonio nacieron:[64]​ En fecha desconocida tuvo dos hijos naturales reconocidos mencionados en su testamento:[64]​

Retablo de la Flagelación encargado a Alonso de Zamora por su nieta, Leonor de Velasco, abadesa del Monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar
Enrique II de Castilla (1334-1379), primer rey castellano de la Casa de Trastámara , por Jaume Serra
Sepulcro de la reina Juana Manuel
Ruinas del castillo de Arnedo , entregado en señorío por Enrique II en 1370.
Escudo de los Velasco en Briviesca , otorgada como señorío a Pedro Fernández de Velasco por el rey Enrique II , tras su desempeño como embajador del rey en el Tratado de Briones en 1379
Exterior de la iglesia del monasterio de Oña. (Provincia de Burgos).
El sitio de Lisboa de 1384, representado en las Chroniques de Jean Froissart .