Aunque Froissart probablemente nunca estuvo en una batalla, él visitó Sluis en 1386 para ver los preparativos de la invasión inglesa.
Sin embargo, historiadores modernos reconocen que éstas crónicas contienen muchos inconvenientes: fechas erróneas, geografía mal ubicada, estimaciones inexactas de las bajas, y sesgos en favor de sus patronos.
Sir Walter Scott remarca que el autor tuvo una "pequeña y malévola simpatía" por los "villanos patanes".
[1] Algunas versiones más modernas de la obra se encuentran publicadas en la actualidad.
Entre ellos está Loyset Liédet, a quien se le atribuyen las miniaturas de los dos primeros volúmenes.