Jaime IV de Mallorca

[2]​ En 1363 se casa con la reina Juana I de Nápoles, por lo que pasa a ser duque de Calabria y rey consorte, de la que se separa en 1366 (no hay nulidad del matrimonio, pero Jaime abandona la corte napolitana).

Jaime marcha a Francia en busca de auxilio para recuperar el reino de su padre, sin embargo las buenas relaciones existentes entonces entre Francia y Aragón impiden cualquier posible ayuda.

En 1369 es liberado, parece que tras el pago de un rescate por su esposa.

En una campaña extremadamente cruel, llega hasta Sant Cugat del Vallés a las puertas de Barcelona, pero es rechazado.

El infante Juan de Castilla, futuro Juan I, mandó que se le enterrara en el convento de San Francisco.