La armadura del caballero debía ser completa, de los pies a la cabeza.
La montura normalmente disponía de bardas metálicas para protección del tórax y cuartos traseros, y una testera, si bien durante el siglo XVI fueron muy frecuentes los caballos sin protección alguna.
El paje asistía a su señor portándole las lanzas y monturas de repuesto, mientras que el arquero actuaba como caballería ligera.
Después, equiparadas en calidad, pero no en cantidad, estaban las tropas de los Países Bajos, las denominadas bandes d'ordonnance.
Además contaba, como en el caso francés, de un archer o arquero montado.