Ángel Augusto de Monasterio

Su madre era Casilda Ibáñez[2]​ (n. Santo Domingo de la Calzada, ca.

También los acompañaba el ingeniero Ángel Monasterio, posiblemente para auxiliarlo en la tarea del submarino, pero fueron descubiertos, capturados por un bote español y apresados.

Taber fue deportado a su país pero lograría escapar cuando el barco que lo llevaba anclara en Río de Janeiro, nueva capital del reino portugués en el exilio, siendo la única capital europea fuera del continente.

Con el auxilio del capitán Mateo Castro, un ingeniero militar, se construyó una batería en el Paso de Hernandarias y otra en Punta Gorda, en la margen occidental del río Paraná.

Ángel Monasterio presentó otro plan de estudios que se concentraba exclusivamente en las materias militares, incluyendo La Comisión nombrada por la Asamblea que estaba integrada por Alvear, Anchoris, López y Monteagudo.

[21]​ se expidió el 31 de mayo a favor del plan de Monasterio por considerar que cumplía "exclusivamente aquel fin [formación militar], acomodándose a nuestras actuales urgencias y recursos", por lo que la Asamblea sancionó una ley que ordenaba "la erección de un instituto militar conforme al plan que a su nota del 26 de abril último acompaña el Supremo Poder Ejecutivo bajo el número 2".

[22]​[23]​ En 1812 Manuel Belgrano estableció una fábrica de cañones en Jujuy pero no prosperó.

Monasterio sólo había visto fundir cañones una vez en Sevilla pero aceptó el encargo y fue capaz de llevarlo a buen puerto.

El teniente coronel Ángel Monasterio fue ayudado por Simón Araoz: el primero aportó sus conocimientos teóricos y el segundo los prácticos.

Un comentarista de la época relata: Los morteros fueron trasladados con grandes dificultades a Montevideo, sometida entonces al segundo sitio por las fuerzas del General Rondeau, y montados en batería con la intervención del coronel austríaco Eduardo Kaillitz, barón de Holmberg.

[27]​ Los realistas respondían mediante los disparos de la cañonera Bombillo, situada frente al Arroyo Seco, que disparaba sobre el reducto sitiador, ubicado entre los médanos de esa zona.

Alentados por el éxito, y una vez que el personal había adquirido mayor experiencia, se intentó la fundición de cañones, requeridos con mayor urgencia por los ejércitos de campaña.

Por recomendación de Manuel José García, Alvear entregó documentos y cartas controvertidas y apócrifas a Villalba detallando las fuerzas militares, los armamentos y el grado de instrucción que se tenía en ese entonces, confirmando la información que ya poseía aquel, en connivencia con Nicolás Herrera, también exiliado allí.

[33]​ En esas circunstancias, el coronel Monasterio lo perdería todo, además de ver a su familia sumida en la desgracia y la miseria por tenerle que remitir recursos hasta acabar con su patrimonio, que se sumaría a la injusticia de la condena sufrida, por lo cual se deprimiría hasta el punto de afectar su razón.

[36]​ Cuando en junio de 1816 los luso-brasileños invadieron la Provincia Oriental, ocupando Montevideo el 20 de enero del siguiente año y una vez que Lecor pudiera controlar las costas y el territorio oriental al sur del río Negro, al igual que Alvear, el coronel Monasterio decidiría finalmente instalar un negocio en aquella ciudad y por lo cual, embarcaría en la fragata inglesa «Susana»[34]​[37]​ el 6 de septiembre de 1817.

También lleva su nombre una calle de Buenos Aires, que corre entre Pichincha y Alberti, desde Caseros hasta Mirave.

Ángel Monasterio. Cristo de la Fe como se hallaba en su capilla de la iglesia de San Sebastián de Madrid . Litografía de Augusto Guglielmi. Real Establecimiento Litográfico de Madrid, 1833.
Cabildo abierto del 22 de mayo.
Manuel de Sarratea.
Manuel Belgrano.
Bandera usada por Belgrano en 1812.
Sello de la Asamblea.
Gaspar de Vigodet.
Mortero Monasterio.
«Casona de Sarratea» del entonces barrio «Bajada de los Dominicos» de Buenos Aires (actual museo Casa de Liniers del barrio Monserrat ).