Fue elegido como regidor 6.º del Cabildo de Buenos Aires en 1807, año que actuara heroicamente en la defensa de Buenos Aires ante la segunda invasión inglesa al Río de la Plata, y nuevamente en 1808.
Los invasores demandaron la entrega de los caudales del virreinato y advirtieron a los comerciantes porteños que en caso contrario retendrían las embarcaciones de cabotaje capturadas, por lo cual afectaría a la empresa naviera de Martín de Monasterio, entre otros comerciantes navales.
El Cabildo de Buenos Aires envió una comisión al virrey para que entregara el tesoro a un destacamento inglés, el cual finalmente fue dado y llevado a Londres.
El 14 de julio, Sobremonte declaró a Córdoba la capital provisoria del virreinato y al mismo tiempo instó a que se desobedecieran todas las órdenes provenientes de Buenos Aires, mientras durara la ocupación británica.
[15] Al día siguiente, aconteció la toma de Montevideo por los británicos y entre sus defensores se hallaban algunos soldados del Tercio de Vizcaínos.
[19][20] Martín de Monasterio se conectó con su primo al arribar al Virreinato del Río de la Plata hacia abril del mismo año, por lo cual lo introdujo en la alta sociedad argentina colonial, presentándole al que sería su cuñado Manuel de Sarratea que lo empleó en sus negocios comerciales bonaerenses, y de esta manera se convirtieran en los futuros patriotas argentinos, luego de la Revolución de Mayo.
[23] Viajó en el año 1813 a Londres, capital del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, y luego a Montpellier, en la costa mediterránea francesa, en donde estaba estudiando en un colegio su hijo mayor Tomás de Monasterio, pero finalmente en esta ciudad el rico comerciante naval Martín José de Monasterio y Uriarte fallecería el 10 de noviembre de 1816.
[4][5][24][25] Su viuda estaba en Buenos Aires con los siete hijos restantes.
2) José María de Uriarte Ugarte (n. ca.
Estos dos últimos, luego de fallecer su madre, harían pleito testamentario que duraría varios años a los medio hermanos Monasterio Ugarte del primer matrimonio, debido a desacuerdos en las expectativas hereditarias.