Los establecimientos coloniales de la Patagonia atlántica son las poblaciones que la Corona española fundó en la costa patagónica, bañada por el mar Magallánico del océano Atlántico en los territorios nominales del Imperio español habitados originariamente por tehuelches, debido al peligro de que se fundasen allí establecimientos franceses o ingleses, quienes consideraban a esa región como res nullius.
[cita requerida] Posteriormente a la independencia del Cono Sur contribuiría al mantenimiento fronterizo de las repúblicas recientemente formadas según el principio uti possidetis iuris de 1810 y la disputa sobre cuál era la frontera acorde a tal principio durante el siglo XIX.
En 1768 el capitán general de Chile Ambrosio O'Higgins, elevó una carta dirigida al Consejo de Indias solicitando con urgencia que se le autorizase el poder fundar asentamientos en la costa patagónica atlántica para poder tomar posesión de la zona y evitar que naciones extranjeras como Gran Bretaña se adelantasen, textualmente "atendiendo a la defensa interior del Reino".
Se describe que "Chile Moderno" hace referencia a "que los Geografos antiguos llamaron tierra Magallanica, de los Patagones y los Cesares tan celebrados del vulgo, quando no hai en estos paises naciones mas crecidas y numerosas que los Aucas Puelches Toelchus y Serranos de quienes dimanan otras parcialidades que tratan con los Españoles" haciendo referencia a la equivalencia del término con el de Tierra Magalánica como en otros mapas de antiguos.
El Conde de Floridablanca, ministro de Indias del rey, propuso fundar dos poblaciones y dos fuertes subordinados a ellas en la costa atlántica patagónica, una población en la bahía Sin Fondo (lugar en donde se suponía que desembocaba el río Negro en la punta del golfo San Matías) y otra en la bahía San Julián.
El monarca encargó a los virreyes de Buenos Aires, a partir de 1778, la fundación estos en dichas costas, disponiendo que los mismos dependieran del virreinato.
Fueron comisionados para fundar primero un fuerte en la bahía Sin Fondo y luego otro en un lugar que podía ser la bahía San Julián, el estuario del río Santa Cruz o el estuario del río Gallegos.
A lo largo de los años, la población estaba compuesta por personal militar, presidiarios, capellanes, funcionarios y peones.
Por desavenencias con respecto al mando, Juan de la Piedra abandonó luego la expedición, regresando a Montevideo en la fragata.
El virrey Vértiz le inició un sumario por no haber hecho una fundación en San Julián y por abandonar sus funciones, siendo destituido.
Antes de partir envió al piloto Manuel Bruñel y a teniente de infantería Pedro Andrés García a explorar las costas con la sumaca San Antonio de Oliveira, llegando hasta el río Colorado luego de avistar la boca del río Negro, al cual consideraron que no se podía entrar desde el mar.
Al día siguiente se produjo el primer contacto de la expedición con los indígenas, retornando a San José el 16 de marzo.
En octubre comenzaron a llegar allí los primeros colonos gallegos.
Francisco de Biedma fue confirmado como “comisario superintendente del río Negro”.
El virrey Vértiz le encomendó la misión de fundar un fuerte y realizar:
[27] Viajó inmediatamente a San José, pero por desequilibrios mentales debió poco después ser reemplazado por su hermano Antonio, contador del establecimiento.
Exploraron la bahía de San Julián y luego se dirigieron hacia el sur.
Los dos jefes superiores solo duraron el tiempo en que Juan José de Vértiz fue Virrey y Manuel Ignacio Fernández, Superintendente; pero al nombrarse a Francisco de Paula Sanz, como Intendente General de la Provincia de Buenos Aires, ya queda éste como subordinado al Virrey, porque se estableció que sólo hubiera un jefe superior.
Este último enfermó y a mediados de ese año fue desplazado temporalmente por el virrey, enviando al capitán de infantería Félix de Iriarte a reemplazarlo en el paquebote Belén para que pudiera regresar a Buenos Aires.
El año siguiente envía una carta a la Marina Real Británica hablando sobre su país:
El presidente argentino Juan Manuel de Rosas intentó llegar a acuerdos directos con los hermanos Pincheira, quienes eran guerrilleros realistas, defendiendo para Argentina lo que fue la frontera indígena sur del virreinato del Río de la Plata.
En 1850 el río Colorado desviaría su cauce, dejando al sur a este fortín antes citado[57] que seguiría funcionando mientras durara el gobierno rosista, unificando el territorio efectivo de la provincia bonaerense con los establecimientos patagónicos remanentes pero al ser derrocado el 3 de febrero de 1852, sería abandonado, manteniéndose en pie hasta que el Estado de Buenos Aires, ya separado de la Confederación Argentina, volviera a ocuparlo cuatro años después y que en dos años más, lo trasladase a su lugar original debido a las inundaciones.
En 1856 se promulgó el tratado de amistad entre Chile y Argentina que reconoció los límites del uti possidetis juris, es decir, los definidos por las leyes indianas vigentes en 1810.
Posteriormente hubo un fallido asentamiento chileno en «Puerto Gallegos» a orillas del río homónimo desde el 4 de marzo de 1873, aunque solo duraría seis semanas luego del acuerdo diplomático entre este país y la Nación Argentina.
[11][58] Al año siguiente intentarían lo mismo en el ya citado «Cañadón Misioneros».
En 1845 viajaría nuevamente al estrecho, en cuya costa septentrional se instalaba en la bahía San Gregorio con sus habitaciones a poca distancia de las tolderías aborígenes, iniciando así una misión entre los tehuelches, atrayéndolos con provisiones y logrando que se instalaran durante algunos días en las cercanías pero al poco tiempo lo abandonarían.
[60] Al mismo tiempo, un buque chileno se había establecido en el mismo lugar y había iniciado negociaciones con los indígenas para convertirlos al catolicismo y debido a las protestas de Gardiner que había cuestionado la soberanía chilena sobre esa región, fue obligado a embarcarse en un buque británico que pasaba por ahí, aunque también fracasaría el intento de construir un fortín chileno.
Después Gardiner intentaría entre los yaganes o yámanas de las islas australes pero encontraría la muerte por inanición en 1851.