Fue considerado un hombre de gran capacidad e influencia en las primeras décadas del siglo XIX.En ese mismo año actuó como fiador, junto a Francisco Belgrano, del préstamo que solicitó Vicente Anastasio Echevarría, para adquirir el armamento de la fragata corsaria La Argentina.Durante el proceso al capitán corsario Hipólito Bouchard, iniciado tras su regreso del Crucero corsario de La Argentina, el 30 de agosto de 1819 escribió con realismo a su armador Echevarría que "estos hombres se ven precisados de contemplar a Cochrane, y Guido no puede poner el negocio en su verdadero punto, no basta en atacar a Cochrane por su arbietrariedad, y comprometer al Director á una descición que yera el orguyo del Almirante, qe está más que nunca poseído contra lo que necesita nuestro país para su defensa."Sostuvo un largo pleito con el comerciante inglés Paulino Mackenzie a raíz de la adquisición del bergantín británico Juana Gordon y su cargamento en Valparaíso en 1821.Traspasaría la concesión en 1849 al presbítero José Francisco Navarrete, de meritoria trayectoria en el ámbito educativo.