De ideas liberales, no tardó en tomar contacto con los miembros del gobierno revolucionario, en ese momento la llamada Junta Grande.
Ambos gobiernos declararon el bloqueo del puerto adversario, aunque sólo los realistas contaban con una flota capaz de garantizarlo.
El gobierno ofreció un adelanto a Taber para la fabricación del submarino pero eso lo rechazó, haciéndose cargo con su peculio de los gastos.
La Junta alarmada por la situación resolvió solicitar a Taber que efectuara tareas de espionaje en Montevideo.
Fue detenido, encadenado y encerrado,[7] mientras se sustanciaba un proceso por el soborno de los oficiales desertores.
En ese año de 1812, Taber es enviado en misión secreta a Chile.
[9] No obstante su aporte a la revolución se encontraba cercano al fin.