Durante las Invasiones Inglesas se enroló en 3.º escuadrón del Cuerpo de Patricios y fue elegido oficial.
Era amigo de otro joven poeta, Vicente López y Planes.
Participó en la redacción de los dos periódicos que editó la sociedad, "La Abeja" y "El Argos".
Su trágico final fue evocado por el poeta Olegario Andrade en el poema El arpa perdida.
La casa en que vivió en el barrio de San Telmo, se conserva aún, y es considerada Monumento Histórico Nacional.