Pietro Perugino

Contrariamente a lo que afirma Vasari, la familia Vannucci era una de las más importantes y ricas del Castel della Pieve.[1]​ De Piero della Francesca tomó Vannucci la armonía entre la superficie y el volumen del cuadro.Perugia era en aquella época una vital ciudad artística, en donde trabajaron, además de Piero, Domenico Veneziano, Beato Angelico y Benozzo Gozzoli.Con estos ejemplos los pintores locales, entre los cuales destacaba Benedetto Bonfigli, desarrollaron una pintura luminosa y ornamentada, con una narración fluida.Allí trabajó codo con codo con jóvenes talentos como los de Leonardo da Vinci, Domenico Ghirlandaio, Lorenzo di Credi, Filippino Lippi y, sobre todo el poco más que coetáneo Botticelli, que el Anónimo Magliabechiano (hacia 1540) citó, quizá con demasiado énfasis, como directo maestro de Perugino.La formación artística en Florencia se basaba entonces sobre todo en la práctica del dibujo del natural, considerado una actividad fundamental de cualquier práctica artística, lo que llevaba a profundos estudios anatómicos, a menudo con el estudio directo de cadáveres diseccionados.En el San Sebastián del Museo Nacional de Estocolmo puede apreciarse un paisaje nórdico típicamente umbro (h. 1490); el San Sebastián del Ermitage (h. 1495) resulta atípico en la medida en que solo hay una flecha, en la que además aparecen unas palabras en latín: PETRUS PERUSINUS PINXIT («Pietro Perugino ha pintado»).También de esta época son varias Vírgenes o Madonnas que se encuentran diseminadas en numerosos museos europeos.En todas ellas se van a mezclar las influencias recibidas de sus dos maestros, Piero della Francesca y el Verrocchio.El fondo está compuesto por un aparato escenográfico de gran impacto, donde nada es casual sino sujeto a un perfecto control intelectual.Reclamaban como apoyo imágenes con figuras y lugares precisos en la escena sacra que visualizaba internamente; esto llevó a Perugino a construir figuras con expresiones indefinidas insertas en los fondos paisajísticos genéricos, resultado acentuado por el uso de una gama cromática rica pero difusa.Entró en el círculo laurenciano, donde su pintura idealmente armónica no podía más que ser apreciada por la estrecha analogía con la filosofía de la Academia neoplatónica.No se aprecia un neto corte en su arte entre el modo anterior y los acontecimientos dramáticos de los años 1490.Después de todo, su arte estaba ya adaptado a la simplicidad e intensidad religiosa sin distracciones superfluas.Asumen una importancia cada vez mayor las figuras en primer plano, llegando a ser la medida que define las relaciones espaciales y volumétricas de todo el cuadro.En la predela, sobre la base de las columnas que flanqueaban la Ascensión, estaban colocados en seis paneles con santos benedictinos.Actualmente está desamantelado y disperso entre diversos museos: la única porción conservada en la Cartuja es Dios Padre con querubines.Mención especial merece la obra maestra, muy alabada por sus contemporáneos, realizada en la Sala del Cambio de Perugia.No obstante, actualmente la atribución está puesta en duda, considerando que puede ser de un discípulo, Lo Spagna.Junto a estas grandes obras sigue produciendo pequeños cuadros para la devoción privada como la Virgen con el Niño de Washington (1501).No fue el único artista que se vio en dificultades para renovar el estilo propio y poder seguir la extraordinaria novedad de aquellos años: una crisis parecida la tuvieron también Luca Signorelli, Vittore Carpaccio y, por otras razones, Sandro Botticelli.Pero ni siquiera el papa quedó plenamente satisfecho, y pronto prefirió a un competidor más joven, Rafael, que había sido formado por Perugino.Se produjo no obstante un progresivo empobrecimiento de su arte, que reiteraba composiciones previas con más éxito.Como otras víctimas, fue enterrado de manera precipitada en un terreno no consagrado, siendo desconocido actualmente el lugar exacto.[9]​ A lo largo de su vida, Perugino fue un trabajador infatigable y un óptimo organizador del taller, dejando numerosísimas obras.Algunos consideran que fue el primer artista-«empresario», capaz de gestionar al mismo tiempo dos activísimos talleres: uno en Florencia abierta desde los años setenta del siglo XV, donde se formaron Rafael, Rocco Zoppo y el Bacchiacca, y otro en Perugia, abierto en el año 1501, del que salió toda una generación de pintores de la escuela umbra que difundieron ampliamente su lenguaje artístico.Para garantizarse un trabajo continuo, Perugino había organizado ampliamente las fases de la producción artística y el recurso a los ayudantes.El diseño de la composición eran siempre del maestro, que creaba esquemas gráficos y los cartones preparatorios.[9]​ Tras una época dorada, su arte sufrió una crisis, siendo mal conocido y criticado, acusado de formalismo, reiteración e hipocresía.[9]​ Solo con los estudios de los siglos XIX y XX, su figura se ubicó en el puesto que legítimamente merecía dentro del arte italiano, volviendo a comprender su capacidad innovadora.
San Bernardino cura de una úlcera a la hija de Giovanni Petrazio da Rieti, 1473, temple sobre tabla, 76x56,5 cm, Galería Nacional de Umbría , Perugia .
Entrega de las llaves a San Pedro , h. 1482, fresco, 335 x 550 cm, Capilla Sixtina , Ciudad del Vaticano .
La pérdida Asunción de María de la Sixtina, en un dibujo del Pinturicchio .
Retrato de Francesco delle Opere , 1494, temple sobre madera, 52x44 cm, Galería de los Uffizi , Florencia .
La visión de San Bernardo , h. 1489-1494, temple sobre madera, 173 x 170 cm, Alte Pinakothek , Múnich .
Apolo y Marsias (o Dafnis), h. 1490-1492, óleo sobre madera, 39 x 29 cm, Museo del Louvre , París .
Fortaleza y Templanza sobre seis héroes antiguos ; al pie los personajes están identificados, de izquierda a derecha, como Lucio Sicinio , Leónidas el Lacedemonio, Horacio Cocles , Publio Escipión, Pericles el Ateniense y Quinto Cincinato .
Prudencia y Justicia sobre seis sabios antiguos ; al pie los personajes están identificados, de izquierda a derecha, como Fabio Máximo , Sócrates el Filósofo, Numa Pompilio , Furio Camilo , Pitágoras el Griego y Trajano el Emperador.
Los desposorios de la Virgen , cuadro atribuido tradicionalmente al Perugino, h. 1501 y 1504, óleo sobre tabla, 234 × 185 cm, Museo de Bellas Artes , Caen .
El combate entre el Amor y la Castidad , 1503, temple sobre tabla, 160 × 191 cm, Museo del Louvre, París .
Bautismo de Cristo , realizado en la primera fase del Retablo de San Agustín , 1502-1512, óleo sobre tabla, 261 × 146 cm, Galería Nacional de Umbría , Perugia .
Retrato de don Biagio Milanesi , 1500, óleo sobre tabla, 28 × 26 cm, Galería de los Uffizi , Florencia .
Retrato de Fra Baldassarre , 1500, óleo sobre tabla, 26 × 27 cm, Galería de los Uffizi, Florencia .