Los desposorios de la Virgen (Rafael)

Con esta obra, Rafael pasa de ser un fiel seguidor de Perugino y del estilo local umbro, a un artista que representa el epítome del Renacimiento.

Dos años más tarde, fue adquirido por la Academia de Bellas Artes y fue entonces exhibido en Brera.

Igualmente consideran los críticos que la pintura se inspiró en la celebrada Cristo entregando a san Pedro las llaves, de Perugino, del ciclo de frescos en la Capilla Sixtina.

Al mantener la perspectiva en el pavimento y en los ángulos del pórtico, las figuras disminuyen proporcionalmente en tamaño.

En la entrada, mirando a través del edificio y la arcada enmarcando el cielo al otro lado, se sugiere que el sistema radial continúa al otro lado, lejos del espectador.

De esta manera se consigue equilibrar y marcar la profundidad del cuadro.

Las tres figuras principales y dos miembros del grupo se encuentran en el primer plano, mientras que los demás están colocados en profundidad, moviéndose progresivamente más lejos desde el eje central.

Las formas resplandecientes parecen estar inmersas en una atmósfera cristalina, cuya esencial es el cielo azul claro.

Las figuras, con sus pequeñas cabezas ovales con pequeños rasgos, provienen directamente del estilo de su maestro.