Esta afirmación es duramente criticada como una falacia por parte del etnógrafo alemán Peter Hassler, ya que en ambas obras se afirma observar al detalle dichos hechos mientras los españoles se encontraban en el campamento de Pedro de Alvarado en Tlacopan (actual Tacuba).Se mataba a las víctimas ritualmente de una forma que pretendía apaciguar a los dioses en caso de sequías, epidemias o similares desgracias o para obtener algún favor como la victoria sobre un enemigo.Plinio el Viejo informa que Roma prohibió los sacrificios humanos en 97 a. C. aunque para entonces ya eran muy raros y la medida fue más bien simbólica.Excavaciones en el palacio de Cnosos muestran que también los primeros griegos, minoicos y micénicos, sacrificaban personas en casos difíciles.Estos huesos han sido asociados con ofrendas sacrificiales, particularmente, unos bustos de madera.Los huesos encontrados en las pirámides del Sol y de la Luna hacen suponer que se realizaban sacrificios a Tláloc.Michael Coe explica el gran cambio producido por los nuevos estudios de la civilización maya, a partir de que descifraron los jeroglíficos: La extracción del corazón aparece en algunos cuantos casos del arte maya.Los restos fueron fechados de 950 a 1150 d. C. «¿Cómo explicar que existan 24 cuerpos reunidos en un mismo espacio?Los prisioneros capturados podían ser guerreros enemigos de poblaciones aledañas a Tenochtitlan.En la víspera se organizaba la solemne «danza de los cautivos», donde la víctima era forzada a bailar.Era cuidadosamente alimentado y ricamente vestido como si se tratara del propio dios Tezcatlipoca.Su sangre era recogida en un cuauhxicalli, su cabeza clavada en un tzompantli,[17] su corazón quemado como ofrenda a los dioses y el resto de su cuerpo era despeñado por la escalinata del templo.[18] Además de la extracción del corazón, había otras formas de sacrificio que se aplicaban en rigurosa conformidad al calendario azteca: decapitación, despeñamiento desde un templo, flechamiento, encerramiento en cuevas, ahogamiento, asamiento y «rayamiento» (lucha ritual).Según cronistas, en 1487 entre 3,000 y 84,000 personas fueron sacrificadas durante los cuatro días que duró la reconsagración del Templo Mayor en el reinado de Ahuízotl.[19] El sacrificio y posterior canibalismo rituales se iniciaron en Mesoamérica hace 2500 años o tal vez antes.El Conquistador Anónimo dice que los prisioneros de guerra a quienes los mexicas no canibalizaban los esclavizaban.Bernal Díaz del Castillo dice que el tlatoani mismo compartía el canibalismo de su época.[23] Los arqueólogos también han descubierto evidencia física de sacrificios humanos en el área andina, sobre todo en el Perú.Los mochica, sociedad agrícola como todas las culturas precolombinas, adoraban las fuerzas de la naturaleza.Consideraban necesarios los sacrificios humanos para mantener el orden del mundo y frenar desastres, como por ejemplo los causados por el fenómeno de El Niño.El estudio de las imágenes en el arte mochica ha permitido reconstruir la más importante secuencia ceremonial.Una capa de barro seco indica que todo se desarrolló en un único ritual, descubriendo los arqueólogos huellas de adultos con sandalias, niños descalzos, llamas jóvenes y perros, con profundos derrapes donde las reacias ofrendas animales fueron sometidas.[26] Debido a su escaso número por muchos años se creyó que los incas no hacían sacrificios humanos, siendo en la última década del siglo XX que empiezan a encontrar restos de este tipo.Estos sacrificios no incluían cortes corporales y tras el ritual los cuerpos sin vida eran momificados.Se escogía a los niños para ofrecérselos al nuevo gobernante inca para esta ocasión.Los misioneros escribieron copiosamente sobre el ritual, pero hasta finales del siglo XX no se halló evidencia arqueológica,[27] pruebas que se han visto confirmadas a principios del siglo XXI.Como respuesta, un grupo de académicos mexicanos hicieron críticas importantes a la posición adoptada por Schulz.Por ejemplo, el antropólogo Miguel León-Portilla ha destacado, frente a un enfoque «amarillista» de los sacrificios humanos en las culturas precolombinas, que el propio cristianismo «tiene como base un sacrificio humano y a la vez divino, el de Jesús crucificado, y que ello debe ser tenido en cuenta cuando se pretende profundizar un poco en la significación que ese tipo de ritual ha tenido en muchas otras culturas».
Representación ilustrativa de sacerdotes y un cautivo español de la expedición de Hernán Cortés a punto de ser sacrificado, este se encuentra despojado de su vestimenta, vestido solo con un maxtlatl, sandalias y tiene pintado y adornado su cuerpo para ser sacrificado. Ilustración del libro
The conquest of México
de William H. Prescott, 1796-1859.
Las serpientes de la
Lápida de Aparicio
(250-900 d. C.) provienen de
El Tajín
. Representan los chorros de sangre de una víctima decapitada.
Museo de Antropología de Xalapa
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