La teoría hegemónica supone que la antropofagia era ritual, inspirada por motivos fundamentalmente religiosos.
El cuerpo de la víctima era entregado al sacrificador, quien ofrecía una parte a las autoridades.
Los sacrificios humanos están documentados en la cultura maya, en cuanto a las prácticas de antropofagia se tienen pocos registros.
La matanza de Cholula y la matanza del Templo Mayor muchas veces han sido justificadas como castigos ejemplares para impedir los sacrificios humanos que practicaban cholultecas y mexicas.
Después de este suceso, Cortés emprendió una fuerte campaña militar en la zona, en esta ocasión más por el deseo de venganza, que por ambición o conquista, pues la zona no era rica en minerales ni piedras preciosas, ni los nativos tenían grandes ciudades.
Tampoco se le puede disimular tras una coartada mística, pues no es reducible a la antropofagia ritual [...].
La antropofagia forma parte de la realidad azteca y su práctica es mucho más corriente y mucho más natural de lo que a veces se suele presentar."
[19] Sin embargo, Duverger pasa por alto que la imagen evocada del códice Magliabechiano (ver ilustración) representa al lado de los "indios acurrucados" que devoran carne humana a una deidad mexica y que este documento es un texto de mediados del siglo XVI cuyo contenido es de carácter fundamentalmente religioso.
Los aztecas parecían poseer suficientes fuentes de proteínas, pues habían domesticado tres especies de animales para consumir su carne: guajolote, pato criollo (Cairina moschata) y perro.
Michel Graulich declaró que: El banquete antropófago era un evento religioso y social muy importante.