Hernán Cortés, que era hidalgo, estudió durante algún tiempo Latín, Gramática y Leyes en la Universidad de Salamanca, aunque sin graduarse.
Se supone que allí obtuvo los conocimientos y habilidades necesarias para ser buen escritor.
[4][5] Sus objetivos personales eran lograr independizarse del ámbito jurídico patrimonialista que le unía al almirante Diego Colón y Moniz Perestrello, virrey gobernador de La Española mediante la obtención de títulos legítimos que lo nombraran «adelantado» de estas nuevas tierras no conocidas por los españoles, pero para ello debería de poblar y mantener presencia permanente en los nuevos territorios.
[6] En la segunda expedición (la de Grijalva) ya apuntaba este objetivo pues había enviado al capellán Juan Díaz, sin obtener el éxito deseado, era urgente el envío de la tercera expedición.
[7][8] Para Velázquez el principal problema consistía en encontrar la persona adecuada para el mando de esta tercera expedición.
[13] Velázquez había conseguido el título de lugarteniente (sin poder romper el vínculo con el almirante Diego Colón y Moniz Perestrello) y Cortés era el capitán general, delegado de Velázquez.
Este hecho hacía que Cortés pudiese perder su autoridad subdelegada en cualquier momento, ya fuera por orden de la Corona, el almirante Colón o Velázquez.
Ante este temor, Cortés planeó crearse otra jurisdicción que le desvinculase del gobernador de la isla y socio en la expedición.
La primera carta que escribió Cortés se ha perdido, si bien Francisco López de Gómara conservó una copia e incluyó un breve resumen en su crónica.
Esta última expedición tenía como objetivo encontrar un estrecho o canal para poder buscar una ruta a las islas Molucas.
En la expedición viajaba como prisionero Cuauhtémoc junto con otros nobles mexicas, al sospechar Cortés de una posible sublevación, sentenció a muerte al tlatoani, el hecho es descrito como una acción preventiva.
La expedición continuó su camino al Lago Petén Itzá, la carta describe la reunión con el halach uinik de los mayas itzáes Canek; sin realizar acciones bélicas Cortés intentó convertir a este líder a la fe católica, se describe la despedida amistosa entre mayas y españoles, así como la entrega de un caballo moribundo para su cuidado.
Los originales de las cartas enviadas por Cortés no se conservan pero en la Biblioteca Nacional de Austria en Viena se conservan copias contemporáneas, recopiladas en el Codex Vindobonensis S.N.
Se cree que el códice fue escrito hacia 1528 para el archiduque Fernando, hermano menor del rey-emperador Carlos.
En concreto, este códice contiene copias de las cartas segunda, tercera, cuarta y quinta.
[24] La cuarta carta fue editada por vez primera en 1525 en Toledo por Gaspar de Ávila,[25] junto a las relaciones enviadas a Cortés por Pedro de Alvarado y Diego Godoy.