Sacrificios humanos en la Europa Antigua

Sin embargo, varios investigadores antropológicos, sociológicos han considerado que las muertes circenses adoptadas por los romanos ocuparon un lugar social similar a los sacrificios humanos.

Según Julio César, los galos construían figuras huecas que eran llenadas con seres humanos vivos y luego quemados.

Los celtas tenían diferentes sacrificios humanos y ritos según el dios al que se dirigían: Los sacrificios humanos a Atis consistían en elegir a un hombre joven que era tratado como un rey durante un año y luego sacrificado para asegurar una buena cosecha.

A Teutates los celtas lo veían como espíritu de guerra, productividad, constructividad y riqueza.

En el norte de la península, se ofrendaban víctimas a una deidad indígena identificada con Ares.

En la zona de Salamanca, la tribu bletonense celebraba los acuerdos sacrificando a un hombre y un caballo.

Unos han sugerido que el águila de sangre nunca fue realmente llevado a la práctica, argumentando que tales vestigios se basan en el folclore sin referencias de peso o traducciones inapropiadas e inexactas.

Se conservan restos arqueológicos en Dinamarca, Noruega, Gran Bretaña, Irlanda e Islandia.

Estatua de Boudica en Westminster . Empaló a los prisioneros romanos para ofrecerlos a los dioses.