Taranis es un dios principal de la mitología celta, también llamado el atronador,[1] cuyo culto se desarrolló sobre todo en la Galia, el país de los astures, los cántabros y la Bretaña romana.
Al igual que su compañero Teutates, también simbolizaba la lucha; los druidas le dedicaban sacrificios para calmar su ira, en ocasiones prisioneros de guerra que eran inmolados en una pira[2] como evidenció el poeta romano Marco Anneo Lucano en su obra inacabada Farsalia, ya que sus creencias atribuían a Taranis las tempestades y las tormentas, pudiendo "hacer caer el cielo sobre sus cabezas".
Se le atribuye además el nacimiento del muérdago mediante un rayo que cae en la rama de un roble, pasando a representar la unión entre el cielo y la tierra.
Las Fuentes Tamáricas que actualmente se encuentran en Palencia son otro ejemplo.
También se sostiene que Lia Fáil da su origen al nombre en relación con esta deidad.