Sacrificios humanos en la cultura maya

Durante la época precolombina, el sacrificio humano en la cultura maya fue una ofrenda ritual para alimentar a los dioses.

[1]​ El sacrificio humano entre los mayas es evidente desde al menos el periodo Clásico (c 250-900 d. C.) hasta las etapas finales de la conquista española en el siglo XVII.

Tales sacrificios «reales» (de reyes) eran a menudo registrados en la escritura maya con el glifo «evento hacha».

El sacrificio por decapitación es descrito en el arte maya del periodo Clásico, y muestra que tenía lugar después de que la víctima fuera torturada, golpeada, quemada, destripada o escalpada (se le arrancaba el cuero cabelludo).

El «nacom» entonces pasaba el órgano al sacerdote oficiante, o chilan, que bañaba con la sangre la imagen de la deidad del templo.

A veces, según el ritual, los cuatro Chaacs echaban el cadáver por las escalinatas del templo hasta el patio abajo, donde sería desollado por sacerdotes auxiliares, excepto las manos y pies.

Las manos y los pies eran ofrecidos al chilan que, si habían pertenecido a un cautivo de guerra, guardaba los huesos como trofeo.

Los bailarines entonces pasaban por delante, disparando flechas por turno hasta que el pecho entero estuviera lleno de proyectiles.

El primero, titulado Pequeña flecha, es una canción que llama al sacrificado a ser valiente y permanecer tranquilo.

El segundo se titula Baile del arquero y acompañaba a un ritual dedicado al sol naciente; incluye instrucciones para el arquero: se le instruye sobre cómo debe preparar sus flechas y bailar tres veces alrededor del sacrificado.

Se indica al arquero no disparar hasta la segunda vuelta, y asegurarse de que el sacrificado muera lentamente.

En la obra posclásica tardía en lengua quiché Rabinal Achí, un cautivo de guerra importante es atado a una estaca que representa el mitológico Árbol del Maíz y es sacrificado mediante asaetamiento; el texto compara a los arqueros con cazadores y el sacrificio con la caza.

El fraile Francisco Ximénez (1666-1722) describió la tradición de que en el templo del dios Tohil, los sacrificios humanos estaban ligados al culto a la deidad, donde el sacerdote abriría el pecho de la víctima y sacaría fuera su corazón.

El Popol Vuh también describe cómo el Héroe Gemelo Hunahpu es sacrificado con la extracción de su corazón y decapitando su cabeza.

Hubo justo veinte supervivientes, incluyendo el capitán Valdivia, Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero.

Allí fueron capturados por el señor maya Halach Uinik[3]​ El capitán Valdivia fue sacrificado con cuatro de sus compañeros, y su carne servida en un festín.

Después del desastroso asalto liderado por los españoles en Uspantán en 1529, los cautivos tomados por los uspantecos fueron sacrificados al dios Exbalamquen, uno de los Héroes Gemelos.

A continuación su cadáver fue decapitado y se llevaron la cabeza como trofeo, la cual nunca fue recuperada por los españoles.

El sumo sacerdote itzá AjKin Kan Ek' relató más tarde que ató a los franciscanos en forma de cruz y luego les extrajo los corazones.

Relieve en la cancha del Gran Juego de Pelota en Chichén Itzá describiendo un sacrificio por decapitación. La figura a la izquierda sujeta la cabeza de la figura a la derecha, cuya sangre brota en forma de serpientes (símbolo de fertilidad) desde su cuello.
Vaso maya del periodo clásico con una escena de sacrificio humano.
Una sección de la página 76 del Códice de Madrid , que representa el sacrificio por extracción del corazón.