Chicomecóatl
[3] Por otra parte, Xilonen también recibía sacrificios humanos el 24 de junio para conseguir una cosecha abundante.Entre sus representaciones se encuentran; En el periodo arcaico surgió el culto a Chicomecóatl, considerándola como diosa de la fecundidad agraria y humana, que explica su identificación con Xochiquétzal por su doble advocación.[5] En el cuarto mes se celebraba el culto hacia Chicomecóatl que era llamado Huey Tozoztli (gran velación) y era «la fiesta a la diosa de las mieses, Cintéotl, y la diosa de los mantenimientos, Chicomecóatl».Es evidente, que la celebración de este culto hacia Chicomecóatl, estaba dirigido a la creación de las semillas del maíz para asegurar su continuidad vital y, con ella, obtener su principal mantenimiento.[5] En el ámbito numinoso de la Madre Tierra, sustentadora de la existencia humana, Chicomecóatl, era alabada con este canto:[5] El pueblo cantaba esta canción que se consideraba más bien como un himno para despertar a Chicomecóatl o Chicomolotzin, en pocas palabras se imaginaba como a la vegetación dormida.