José Romagosa Gironella[2] propone y justifica además, como ruta más plausible, la aceptada por la Real Academia Española en 1780.[cita requerida] Azorín trazó su particular ruta por encargo del director de El Imparcial en 1905.Por ello, cualquier recorrido que permitiera descubrir el alma manchega y sus tradiciones, bien podría considerarse la ruta de Don Quijote.Está pensada para hacerse en caballo o bicicleta y las etapas a pie deberían dividirse en dos partes.El objetivo es recorrer todos los lugares que visitó el Quijote apartándose de las carreteras.