Recientemente también se ha desmentido la supuesta existencia de la colonia romana de Anticuaria Augusta, supuestamente fundada por el liberto Marco Ulpio Gresario (CIL 3235), tal y como señala una leyenda.
Según Carlos J. Rubio, el maestre dio este privilegio con fines políticos y también dio a la villa el primer nombre de Villanueva del Infante, que no fue aceptado por los enemigos de Enrique.
En 1480 el maestre don Alonso de Cárdenas acabó con la controversia al mandar que se llamase Villanueva de los Infantes en alusión a Enrique y sus hermanos.
La villa siguió creciendo y se proclamó capital del Campo de Montiel por Felipe II en 1573, momento en el que se establecieron la vicaría y la Gobernación.
Figuras como Santo Tomás de Villanueva, el humanista Bartolomé Jiménez Patón, el artista Francisco Cano o grandes iconos culturales como Quevedo, Cervantes y Lope de Vega convirtieron la villa en un importante foco cultural y espiritual.
Tras ser recuperada, en ella se instaló la Junta Superior de La Mancha.
Hay una gran brusquedad en el cambio de estaciones: primavera y otoño son meras transiciones y podemos encontrar en ellas situaciones típicas de invierno o verano.
La flora predominante es el matorral: romero, jaras, salvias, tomillo... han ido proliferando en terreno que los encinares han cedido al hombre para los cultivos de secano (cereal, vid y olivo).
Destacan cerámicas campaniformes, ciempozuelos, puntilladas, etc., industria ósea y elementos de prestigio como ámbar o marfil.
Todo ello y su ubicación en el valle del río Jabalón -sobre las vías naturales este-oeste y norte-sur- parece indicar la existencia de importantes relaciones con otras regiones peninsulares.
En el espacio central se han encontrado distintas estructuras, entre otros, un gran silo que pudo tener la función de pozo.
El tercer sector es un casa con hogar, poyo y horno, situada al norte, para lo cual se reaprovechó el material anterior.
Sobre la función religiosa esta hipótesis ha evolucionado desde las primeras teorías del proyecto arqueológico "Entorno Jamila", que asoció en un principio este edificio a ser un mausoleo romano dedicado a Marco Ulpio Gresiano, un liberto de Trajano, y, tras haber recibido numerosas críticas científicas, actualmente propone que el edificio albergó una ermita cristiana de carácter monumental y dedicada a Nuestra Señora de Jamila, antecedente del santuario actual de Ntra.
Según estos investigadores, tras su final dramático, incendio, se construyó la mencionada casa central a modo de cortijada.
Entre los platos más típicos encontramos los galianos, las migas, el tiznao, los huevos a la porreta, el ajo y el pisto manchego.