Bienservida

Entre sus patas delanteras cobija una cabeza humana de frente estrecha, nariz ancha, un grueso bigote y una melena tan abundante que se confunde con sus grandes barbas.

Siendo ejemplo de ello las monedas cartaginesas y romanas que se encontraron por la zona.

Entre los años 1400 y 1410 Bienservida es declarada "Villa", sin embargo, no alcanza la total autonomía pues los impuestos todavía los recaudaba Alcaraz.

En 1434 don Rodrigo Manrique, conde de Paredes, tras importantes victorias contra los moros, consigue Huéscar para la Corona.

La principal causa de esto fue una injusta ley que declaraba la zona como Provincia Marítima.

Debido a su gran extensión estaba organizada en unas subdelegaciones, un ministerio ubicado en Segura de la Sierra y un tribunal con sede en Orcera.

Esta estructura, en la que se incluía el establecimiento de jurisdicción propia, se mantendría hasta su eliminación en 1836 con unos efectos bastantes más perniciosos de lo que puede parecer a primera vista.

La estructura plurijurisdiccional que se daba en la época, complicaba aún más las cosas, sobre todo en los territorios de Órdenes, donde existía una jurisdicción específica para sus vasallos.

Junto a estos documentos que muestran los conflictos surgidos entre el Ministerio de Marina y los habitantes de la Sierra encontramos un documento curioso, sobre cuyo protagonista aparecen varias referencias.

Este hecho aparece recogido en la obra de Juan de la Cruz Martínez y en el Expediente de Tomás Muñoz (1811) y es recogido a su vez por Emilio de la Cruz, debido a una contradicción entre ambos autores, ya que el primero sostiene que la travesía se realiza por el Guadiana Menor y el segundo, que se realiza a través del Guadalquivir.

Tal es así que le dio el nombre a la villa, como Bienservida, la bien servida.

[cita requerida] Junto con la nave principal había unas naves laterales, pero solo se han conservado la capilla de la Virgen de Turruchel, cuya devoción e historia merecen una atención especial, y la capilla del Santísimo.

Según la tradición, un día de enero, mientras un labrador estaba trabajando, vio tropezar su arado y a sus mulas espantadas.

Este pidió ayuda a un compañero, y entre los dos lograron sacar lo que al arado hacía tropezar.

La imagen, por el transcurso del tiempo, se deterioró y hubo de ser restaurada.

Aunque ya no apareció con el Niño, pero sí con la rosa que porta en su cintura.

No obstante, fue regalada otra imagen al pueblo por un capitán de la Guardia Civil, como promesa por los favores recibidos durante la citada guerra.

Vista general de la iglesia de San Bartolomé de la localidad de Bienservida (Albacete)
Detalle de una de las puertas de la iglesia parroquial de San Bartolomé de Bienservida .