Kollas

Toda la región sur del Imperio incaico pasó a denominarse Collasuyo, pues los aimaras en conjunto fueron llamados por los incas con el nombre genérico de collas.Esta definición ha sido recogida por el Diccionario de la lengua española: 4. m. y f. Bol.Durante ese mismo periodo la zona recibió el influjo cultural del horizonte Tiahuanaco, común a los pueblos altiplánicos.El culto a los antepasados común en las etnias originarias locales fue remplazado por una religión de Estado que exigía la contribución con los recursos económicos regionales.[cita requerida] La situación regional empeoró para todas las etnias locales durante las enconadas resistencias llamadas guerras calchaquíes (1560-1667), ya que sufrieron una gran merma demográfica en gran medida debido a las enfermedades procedentes de Europa (viruela, sarampión y ciertas cepas gripales) para las cuales los autóctonos carecían de inmunidad.Un nuevo proceso de transculturación fue realizado por los españoles con la generalización del idioma español —desplazando paulatinamente al quechua y a los idiomas locales supervivientes—, la religión católica, el gobierno colonial centralizado y la fundación de las ciudades.Nuevos cultivos fueron introducidos y los pueblos andinos incorporaron la cría de diversos ganados, conformando finalmente una cultura altamente sincrética.Los ajustes limítrofes hicieron que en las primeras décadas del siglo XX diversos territorios habitados por indígenas fueran cedidos por Bolivia a Argentina en el Altiplano de Jujuy, aumentando el número de personas que quedaron identificadas como collas.[10]​ La cultura kolla no es estrictamente indígena sino que mestiza que a pesar de la transculturación sufrida debido a la acción colonizadora y la imposición del cristianismo, aun practican sincréticamente algunos de sus rituales y mantienen otras formas culturales como la minga —antigua forma de cooperación y trabajo solidario—, el sirviñaku —matrimonio a prueba—.El vestido masculino tradicional era una especie de túnica corta, hasta las rodillas, y sin mangas, llamada unku, que tenía unas franjas que lo decoraban en el pecho y en la cintura.Sus instrumentos musicales tradicionales como quena, anata, sikus, charango, erke y erkencho, y sus ritmos típicos han ingresado a formar parte de la música folklórica de Argentina, como por ejemplo: el Carnavalito.[12]​ El idioma español es la lengua de los kollas actuales, pero se conserva el conocimiento del idioma quechua en los departamentos de Santa Catalina y del extremo oeste de Yavi junto a la frontera sur occidental altiplanica boliviana en áreas que se integraron a Argentina a comienzos del siglo XX.[13]​ El censo poblacional de 2010 dio como resultado que se reconocieron como kollas: 385 en la provincia de Catamarca, 97 631 kollas y 771 maimarás en Jujuy, 200 en La Rioja, 17 145 en Salta, 647 en Tucumán,[14]​ 280 en Chubut, 440 en Neuquén, 307 en Río Negro, 501 en Santa Cruz, 366 en Tierra del Fuego,[15]​ 3272 en la ciudad de Buenos Aires, 6675 en el Gran Buenos Aires,[16]​ 1638 en Córdoba, 191 en La Pampa, 1871 en Mendoza.[23]​ En Chile los kollas se hallan en la región de Atacama entre la quebrada Juncal por el norte y el río Copiapó por el sur.Luego de la guerra del Pacífico los indígenas kollas fueron en Chile en general discriminados, invisibilizados e identificados con lo boliviano y su existencia no fue reconocida por el Estado.En la década de 1980 algunos kollas se instalaron en Copiapó y otras ciudades abandonando la ganadería.En la década de 1990 los kollas comenzaron a afirmar el uso del etnónimo y se formaron las primeras comunidades.
Bandera utilizada por algunas comunidades kollas en Chile.