Por la tarde llegan hasta el lugar bandas de sikuris de localidades vecinas que se agrupan por la noche para compartir bebidas típicas como la chicha y comidas tradicionales al sonido del erke (instrumento precolombino).
Al día siguiente se realiza una misa a cargo del obispo de Humahuaca.
La procesión finaliza en la plaza de toros, y acto seguido, empieza el toreo.
Esto último se realizaba para pedir que lloviera durante los meses de siembra.
Si la quita antes de la tercera embestida, se considera nula la toreada y el torero no suma puntos para la competición.