La superficie se halla cubierta por núcleos habitacionales, como 440 viviendas que fueron construidas con lajas de piedras sin argamasa, cementerios, recintos diversos y calles sobreelevadas y sinuosas que conducen a espacios en los que tenían lugar las actividades comunales y públicas tendiendo a converger en una suerte de plaza central, así como sitios de molienda de granos (quinoa, maíz), corrales de llamas y plazas secundarias.
Los estudios indican que tal abandono se debió a la invasión incaica iniciada precisamente durante el siglo de apogeo de la ciudad.
El señorío de Tastil no se limitaba a la ciudad, sino que abarcaba un área de influencia en el que se supone vivían unas 3000 personas.
Estos centros abastecían de productos agrícolas a Tastil y a las poblaciones subordinadas de Puerta Tastil y Morohuasi.
La mayoría de ellas se hallan en la quebrada del Toro y comenzaron a organizarse en 2000 restableciendo su identidad cultural diferenciándose del pueblo kolla.