En 1941, el ecólogo y silvicultor estadounidense, Aldo Leopold, escribió Almanaque del Condado Arenoso, libro donde narra en primera persona sus vivencias en una granja cuyos recursos habían sido explotados por su anterior dueño.
Esta idea inspiró años más tarde al filósofo noruego, Arne Naess en su trabajo sobre la ecología profunda.
Durante los años 50, 60 y 70, ocurrieron varios eventos que avivaron la conciencia medioambiental del daño al entorno causado por el hombre.
Gracias al movimiento ecologista, la conciencia pública y las ciencias del medioambiente han mejorado en los últimos años.
Las preocupaciones medioambientales se han ampliado, incluyendo conceptos como la sostenibilidad, el agujero en la capa de ozono, el cambio climático, la lluvia ácida, y la contaminación genética.
Su origen, como tal especialización del Derecho, surge en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972.
[16] El derecho ambiental se caracteriza por tener el trabajo del estado enfocado en realizar una "Zonificacion Ecológica y Económica" mediante los gobiernos regionales y locales, planificar bien las áreas destinadas para la vida en sociedad, el turismo, la producción agrícola.
[20] Incluso, se encuentran acciones masivas como La Hora del Planeta, inicialmente promovida por WWF, invita global y anualmente a apagar las luces de las instalaciones y dispositivos por una hora el último sábado de Marzo.
[20] Incluso, se encuentran acciones masivas como La Hora del Planeta, inicialmente promovida por WWF, invita global y anualmente a apagar las luces de las instalaciones y dispositivos por una hora el último sábado de Marzo.
En la región Latinoamericana se estima una mayor prevalencia general de conocimiento ambiental en Argentina.
[21] Basada en el modelo Rasch, se creó una nueva escala de medición llamada EKLA.
[22] Entre estas organizaciones que han alcanzado esfera e incidencia pública se encuentran Climate Tracker (originada en Brasil, enfocada en mejorar el periodismo climático); Defensoras del Territorio (nacida en Venezuela, la compone 12 defensoras a lo largo de Latinoamérica que buscan defender el territorio, la vida y los derechos humanos en este); Ruta del Clima (ONG costarricense que aboga por el derecho del público a participar en el proceso de gobernanza climática y la justicia climática); Red Interquorum (red peruana enfocada en el fortalecimiento de la democracia, los derechos humanos y la sostenibilidad ambiental, enfatizando el empoderamiento juvenil); entre otras.
Ello lo hacen mediante acciones provocativas que atraen a los medios de comunicación.
[21] Entre los asesinatos de 2017 se encuentran el mexicano Isidro Balenegro López, activista mexicano y ganador del Premio Medioambiental Goldman, o Wayne Lotter, destacado activista contra la comercialización del marfil en Tanzania asesinado en agosto de 2017.
[36] Colombia registró 33 casos, y Brasil 26[36] En menor medida, Filipinas documentó 19 casos, Nicaragua 15, e India 14[36] Finalmente, Honduras y la República Democrática del Congo registraron 8 asesinatos respectivamente[36] Los principales sectores responsables por número de víctimas se divide en minería e industrias extractivas con 27 crímenes; en energía hidroeléctrica con 13; en agroindustria con 5 casos; por explotación forestal, y carreteras e infraestructura, con 4 víctimas cada sector -empero, no se pudo identificar el sector origen para la mayoría de fatalidades[35] En gran parte debido a esta crítica política y confusión, una preocupación creciente por los problemas de salud ambiental causados por los pesticidas, algunos biólogos serios y ecologistas crearon un movimiento ecológico científico que no confundiese datos empíricos con visiones de un futuro mundo mejor.
No obstante, el movimiento ambiental actualmente persiste en muchos grupos locales pequeños, frecuentemente dentro de ecorregiones, promoviendo los valores estéticos y espirituales que Thoreau o aquellos que reescribieron la respuesta del Jefe Seattle reconocerían.
Algunos se asemejan al antiguo movimiento de conservación estadounidense - cuya expresión moderna la forman Nature Conservancy, National Audubon Society y National Geographic Society - organizaciones estadounidenses de influencia mundial.
A pesar de esto, las diferencias entre los distintos grupos que componen el movimiento medioambiental moderno tienden a tener más peso que esas similitudes, y raramente cooperan directamente excepto en las cuestiones globales más importantes.
Grupos como The Bioregional Revolution están haciendo una llamada sobre la necesidad de tender un puente entre estas diferencias, pues afirman que los problemas que convergen en el siglo XXI nos obligan a tomar una acción decisiva.
Los esfuerzos se ajustan a acuerdos internacionales como el Acuerdo de París y contribuyen a la urgente necesidad de mecanismos eficaces para hacer frente al cambio climático y la degradación ambiental.