Berta Cáceres

[4]​Su asesinato fue ampliamente condenado a nivel internacional en toda América y parte de Europa.

[8]​Desde jóvenes sus padres fueron perseguidos políticos, al igual que ella, quien vivió exiliada un tiempo en El Salvador, fue una activista social y dio amparo a muchos refugiados de El Salvador durante la guerra civil de ese país.

Estuvo casada con el dirigente indígena Salvador Zúñiga y fue madre de cuatro hijos.

Es conocida no solamente por defender los derechos del movimiento campesino e indígena de Honduras, sino que fue también una militante social muy influyente a nivel regional y continental en su lucha por la justicia social y medioambiental.

[9]​ Además fue una dura crítica del Gobierno de Juan Orlando Hernández, a quien consideraba un "vende patria" y un "dictador".

[18]​ Berta Cáceres, creía en la integración de las luchas anticapitalista, anticolonial, anti-patriarcal y antirracista con el propósito de construir alternativas dignas, humanas y justas, que revaloricen las formas propias comunitarias e indígenas.

[24]​ En mayo de 2014 se produjeron dos asesinatos más y otros tres activistas resultaron gravemente heridos.

[29]​ Sumado a esto, 45 organizaciones de derechos humanos regionales e internacionales expresaron su preocupación por la criminalización a los defensores de derechos en Honduras e hicieron un llamamiento para que el Gobierno investigara las amenazas contra ellos.

Para Berta y su tribu el desvío del río significa la muerte para las comunidades, además de un ataque espiritual a ellas, ya que los espíritus del agua en su cosmología son femeninos y vitales en sus comunidades.

Expresó el combate del COPINH contra 17 proyectos que afectan sus tierras, entre ellos un megaproyecto eólico en La Esperanza, Intibucá.

[31]​ La ONG Global Witness en un informe de enero del 2017, sostuvo que Honduras era el lugar más peligroso del mundo para ejercer el activismo ambiental,[32]​ pues desde el 2010 al 2017, más de 120 personas fueron asesinadas por fuerzas del Estado, guardias de seguridad o asesinos a sueldo, por oponerse a proyectos de represas, minas, tala o agricultura en sus tierras y quiénes no han muerto, han sido amenazados, atacados, puestos en prisión o se han salvado por poco.

[34]​[35]​ En septiembre de 2016, el COPINH, descubrió un espía militar, infiltrado en la organización por un año y que pasaba información sobre sus actividades, directamente a la Presidencia.

[37]​ Al mediodía, su cuerpo fue trasladado por la Fuerza Aérea Hondureña hasta Medicina Forense en Tegucigalpa.

El acto fue dirigido por el sacerdote Ismael Moreno Coto y el padre Fausto Milla.

[69]​[70]​ Es por esta relación entre ambientalismo y feminismo que se considera a Cáceres como una ecofeminista.

[73]​ Dos días después del asesinato, Gustavo Castro fue puesto bajo el resguardo de la embajada de México en Honduras y las autoridades le prohibieron salir del país por 30 días debido a las investigaciones.

Con este, sumaron ocho los detenidos por la investigación del asesinato de la dirigente ambientalista.

La corte declaró que el asesinato fue ordenado por Roberto David Castillo Mejía, quien coordinó con Bustillo.

Bustillo contactó a Díaz, quien proporcionó una pistola, logística y realizó una misión de reconocimiento.

Por su parte, Hernández fue quien organizó al grupo de tres sicarios para llevar a cabo el crimen.

El último acusado, Emerson Duarte Meza, fue declarado inocente y puesto en libertad.

Mientras que los cuatro autores intelectuales: Castillo, Rodríguez, Bustillo, y Díaz fueron condenados a 30 años por asesinato.

[90]​ Pidieron también una investigación internacional independiente: la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Ulrike Lunacek, en una carta abierta al presidente Hernández;[43]​ el presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, Peter Turkson,[91]​ el senador estadounidense, Patrick Leahy[92]​ y la embajada de Suecia en Honduras.

John Kerry, pidiéndole que la CIDH participara en la investigación del asesinato de Berta Cáceres.

[94]​ A dicha petición se sumaron 11 senadores demócratas[95]​ y 59 congresistas estadounidenses.

Tras la muerte de la activista se hicieron varias manifestaciones exigiendo justicia.
Berta Zúñiga Cáceres (hija de Berta Cáceres), durante una manifestación en las puertas de la OEA el 5 de abril de 2016.
Berta recibiendo el premio Goldman en 2015.
El bote nombrado Berta Cáceres por el grupo Extinction Rebellion en Oxford Circus , Londres , en abril de 2019, con la consigna tell the truth ("cuenta la verdad" en español).