Acuerdo de París

Las contribuciones deberían tener un informe cada cinco años y estar registradas por la Secretaría de las UNFCCC.

Cada progreso debería ser más ambicioso que el previo, conocido como el principio de «progresión».

Los países pueden cooperar y poner en común sus contribuciones determinadas a escala nacional.

Sin embargo, las contribuciones no son obligaciones similares a la legislación internacional, ni tienen la especificidad de carácter normativo, o lenguaje obligatorio necesario para crear normas que hay que cumplir.

Habrá solamente un sistema «nombre y deshonra» o como János Pásztor, el secretario general asistente de ONU en cambio climático dijo en la cadena televisiva norteamericana CBS News, un plan «nombre y estímulo».

El resultado se utilizará como insumo para nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional de los Estados miembros.

Debido a que los analistas acordaron en 2014 que las NDC no limitarían el aumento de temperaturas por debajo de 2 °C, el balance mundial vuelve a reunir a las partes para evaluar cómo deben evolucionar sus nuevas NDC para que reflejen continuamente la "mayor ambición posible" de un país.

[18]​ Por lo tanto, los objetivos climáticos específicos se fomentan políticamente, en lugar de vincularse legalmente.

Además, un estudio publicado en 2018, detecta un umbral al cual las temperaturas puedan aumentar entre 4 y 5 grados comparadas con niveles preindustriales, tomando en cuenta los mecanismos de retroalimentación del sistema climático.

[26]​ Con respecto a los impactos, un estudio publicado en 2018 nota que, inclusive a 1.5 °C, se podría esperar altas ocurrencias de extremos hidrológicos, sobre todo en India y en el sur y sur-este de Asia.

[27]​ Sin embargo, el mismo estudio indica que, a 2.0 °C, varios ríos en Sudamérica, África Central, Europa Occidental y el área del río Misisipi en Estados Unidos verían un alto incremento en sus caudales; por tanto, aumentando el riesgo de posibles inundaciones.

Su enfoque transversal involucra a todos los niveles de la sociedad en la creación y apoyo de acciones climáticas necesarias para cumplir con los compromisos adquiridos en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).

Para lograrlo, ACE se basa en seis áreas clave: educación, sensibilización, capacitación, participación pública, acceso a la información y cooperación.

[28]​[29]​[30]​ A nivel mundial, la inclusión de la educación en las estrategias climáticas nacionales ha sido limitada.

Solo el 24% de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) menciona el papel de la educación en la agenda climática, mientras que únicamente el 21% menciona específicamente a la educación sobre cambio climático.

Emisiones globales de dióxido de carbono por jurisdicción. * EEE se refiere al Espacio Económico Europeo (EEE) y a la Unión Europea