Ferrari lo hizo desarrollando el Ferrari 512BB y el Dino, mientras que Maserati por su parte, que estaba en plena crisis financiera y pensando en realizar turismos deportivos con motores V6 delanteros, se vio obligada a optar por la nueva arquitectura.
La carrocería fue diseñada por Giorgetto Giugiaro para Italdesign,[5] y se construyó en los Talleres Padane de Módena.
Con su limpieza de líneas, tenía un aspecto agradable y equilibrado, pero su imponente perfil lateral lo hacía parecer más robusto que un Lamborghini Countach o un Ferrari 512BB.
Giugiaro se puso a dibujar y creó, sin el más mínimo estudio sobre aerodinámica, una carrocería espectacular que ofrecía una resistencia al aire muy reducida, con un valor inusual para aquel entonces de solamente 0,30 Cx.
El chasis era un monocasco de acero,[3] que se construyó utilizando una estructura tubular en la que los operarios soldaban a mano, el piso y los paneles de la carrocería, con un subbastidor auxiliar en el tren trasero para sostener el motor y la transmisión.
Las suspensiones eran independientes en las cuatro ruedas por primera vez en un turismo Maserati, con muelles helicoidales, amortiguadores telescópicos y barras estabilizadoras.
[12] Desde 1973, los Bora destinados al mercado estadounidense se equiparon con un nuevo motor de 4930 cm³ (4,9 L; 300,8 plg³) similar al del Ghibli; y cumpliendo con las normativas anticontaminación locales, la potencia era de 300 CV (296 HP; 221 kW) a las 6000 rpm, solamente 10 CV (7,4 kW) menos que en la versión para Europa.
El volante estaba desplazado hacia la derecha desde el centro del asiento y de una dureza notable.