Un sistema alternativo es el cárter seco, en el que el aceite se bombea desde un cárter inferior poco profundo (que funciona como sumidero) a un depósito externo, situado junto al bloque del motor.
En una motocicleta este problema no es tan acusado, ya que las motos se inclinan en las curvas y el aceite no se desplaza hacia los lados.
No obstante, las motocicletas de carreras suelen beneficiarse de la lubricación por cárter seco, ya que el cárter poco profundo permite que el motor se monte más abajo en el bastidor; y un depósito de aceite separado permite un enfriamiento mejorado del lubricante.
Los primeros motores estacionarios utilizaban una pequeña paleta situada en el extremo del cigüeñal o biela para ayudar con la lubricación de las paredes del cilindro mediante una acción salpicadura.
Los grandes motores de dos tiempos utilizados en locomotoras, maquinaria de obra y barcos, pueden tener cárteres secos o húmedos, dado que no utilizan la compresión del cárter para impulsar la mezcla, y en su lugar emplean un sistema de alimentación forzada separado, ya sea un soplador mecánico como un compresor volumétrico o un turbocompresor.