El cromo es un metal de transición duro, frágil, color blanco agrisado y brillante.
También es posible obtener compuestos en los que el cromo está presente en estados de oxidación más bajos, pero son bastante raros.
El mineral molido resultaba ser muy útil en pinturas debido a sus propiedades de estabilidad como pigmento.
[1] En 1797 el químico francés Louis Nicolas Vauquelin obtuvo muestras del mineral, y mediante tratamiento con carbonato potásico fue capaz de precipitar el plomo manteniendo en disolución una sustancia desconocida que daba sales coloreados con otros metales.
También pudo detectar trazas de cromo en gemas preciosas, como por ejemplo, en rubíes y esmeraldas.
También el cromo se encuentra en el dicromato de hierro (II) FeCr2O7, en estado mineral.
Otra parte (el 15 %, aproximadamente) se emplea directamente como material refractario y, el resto, en la industria química para obtener diferentes compuestos de cromo.
Se han descubierto depósitos de cromo metal, aunque son poco abundantes; en una mina rusa (Udachnaya) se producen muestras del metal, en donde el ambiente reductor ha facilitado la producción de diamantes y cromo elemental.
Los contenidos isotópicos en cromo están relacionados con los de manganeso, lo que se emplea en geología.
Generalmente, no se considera que el cromo metal y los compuestos de cromo (III) sean especialmente un riesgo para la salud; se trata de un elemento esencial para el ser humano, pero en altas concentraciones resulta tóxico.
La exposición crónica a compuestos de cromo (VI) puede provocar daños permanentes en los ojos.
Es muy poco permeable e incluso a pH fisiológico en disolución acuosa se hidroliza y precipita, acumulándose posteriormente en los sitios de unión a cationes de la membrana celular.
A pH corporal atraviesa las membranas celulares vía band 3 protein, la cual transporta también aniones sulfato y fosfato.
[6] Exposición aguda En adultos, la dosis oral mortífera se considera que es 50-70 mg.
Los efectos clínicos de una intoxicación aguda son vómitos, diarrea, hemorragia en el tracto gastrointestinal provocando un shock cardiovascular.
[7] Nefrotoxicidad El cromo puede provocar daños a nivel renal mediante mecanismos de lesión oxidante causando necrosis tubular aguda.
El cromo causa una proteinuria severa en forma progresiva seguida por poliuria y glucosuria y se sugiere que la toxicidad del dicromato se debe a su influencia en el funcionamiento del túbulo proximal.
Los compuestos generados durante la reducción de Cromo hexavalente se han relacionado con la genotoxicidad.
[8] La presencia de cromo hexavalente en la naturaleza es debida principalmente a la actividad industrial pudiendo pasar este al aire, al agua o quedar en forma de sedimentos.